viernes, 25 de octubre de 2013

Rivales


Y, tras aquel beso encendido de la princesa azul al otro sapo, saltaron por la charca muy felices y comieron mosquitos y lombrices, y a mí, que estaba allí, me dejaron con dos palmos de narices.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La foto es preciosa. Y no te preocupes la próxima luna llena te toca ser príncipe azul

Vivian dijo...

Todo llega, paciencia!
Eso sí, la imagen me resulta tétrica, si soy yo me da un infarto (le tengo fobia a las ranas y a todos sus parientes) Guacala!!!
Besos ¿De sapa?