Primero comprobar
que tiene corazón
y que este está a la izquierda –que hay cada anomalía...
Tras este primer paso en nuestro examen,
calibrar el tamaño del estómago,
debiendo ser pequeño –mejor si no lo tiene-,
para evitar la gula y un posible
continuo y nauseabundo dar las gracias
a aquellos que atiborran su despensa
a cambio de rendida pleitesía
y trato de favor. Indispensable
que carezca de culo,
no sea que, al suceder un contratiempo,
antes que nada pugne por salvarlo,
o por repantigarse hasta la heces
sobre él en las poltronas oficiales.
Cumplidas las citadas condiciones,
podemos proceder al visto bueno:
puede el examinado acometer
-no exento de futuras revisiones-
funciones en el ámbito político.
2 comentarios:
Ojalá que no tuviéramos que hablar nunca de políticos sino de Política.
El mayor mal de este país es la corrupción junto con el nepotismo y el amiguismo.
Acabemos con los políticos corruptos para poder hablar de Política seriamente.
Saludos
Genial!
Eso sí, yo trataré de mantenerme lejos de los políticos así que dame un buen culo…¡Y moveré montañas! Jaja. (O miradas)
Eres terrible cuando quieres!
Te abrazo Rafa, sí, pasada por lluvia.
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