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(el poeta no nace
se deshace)
fetal me ovillo a oscuras sobre el lecho
–quizás letal no sé si es lecho o tumba-
y veo fatal en la pared desnuda
un cuadro con el rostro del olvido
las hojas amarillas que engalanan
de aroma a pan sus sienes se desprenden
voladas por el viento y la impotencia
tan vasta como mar me anega el alma
sus ojos ¡no! ¡sus ojos no! sus cuencas
vacías como el cielo no me miran
y fijas en mi sed de luz taladran
las lóbregas pupilas de mis sueños
su boca es un sepulcro del que emanan
los más fatuos acordes del mutismo
que aullándome gritándome “estás muerto”
en carne viva pudren la eufonía
lo trato de palpar de acariciarlo
con la esperanza leve de que sólo
sea una alucinación pero ululando
tal que un turbión de espectros me detiene
daría lo que fuera por besándolo
volver a ser recuerdo dando aliento
a la semilla frágil donde aún late
la fe marchita en otra primavera
pero me miro en él y veo la nada
qué espanto frustración desesperanza
no existo ya no existo ya no existo
soy parte de él y en él me desvanezco
(la aurora –gris- da paso a la estantigua
sin tiempo que envenena de intemperie
los trémulos despojos de mi sangre
–devora la pared la lluvia ácida)
1 comentario:
Precioso ese primer verso Rafa, la imagen habla por si sola!
En sí todos, leo y siento que es pura poesía, de esa que se ha ido extinguiendo y de la que un día se hablará como hoy de los dinosaurios. No sé, digo yo.
Eres muy buenoooo escribiendo. ¿Cocinas?
Mis besos
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