lunes, 16 de agosto de 2010

Carta


Querida: en esta noche hostil y oscura
sin estrellas, te escribo desde lo hondo
del insomnio, sin sueños ni trasfondo,
con letras del color de la amargura.

No obstante, intentaré que la dulzura
alumbre en lo posible el turbio fondo
que dicta mis palabras, lo que escondo
por no agriar con mis náuseas tu cordura.

Mi amor, ya poco espero, he asumido
que al cabo me mudé en un contratiempo
que ya has dejado atrás; pero te pido,

desde este hirsuto abismo en el destiempo,
que no me eches del todo en el olvido,
pensando en lo que fui de tiempo en tiempo.
-

Querida, sabes bien que sólo vive,
aun siendo sólo estiércol, polvo, escoria,
aquel que permanece en la memoria
de los que hubo querido; y quien te escribe

te quiere y por quererte sobrevive
tan sólo, aunque precario, en la ilusoria
razón de en tu recuerdo ser historia
que, aun sin futuro alguno, no prescribe.

Confieso, sin embargo, que el desprecio
que esgrimes contra mí me hace que, odiarte,
poder le pida al diablo, a veces. Necio;

pues cómo odiarte, cómo, cómo odiarte,
si en tanto más me alejas más te aprecio
y no entiendo esta vida sin amarte.

Sin más ya que contarte,
a 16 de agosto en el exilio,
un fuerte abrazo, amor. Posdata: Auxilio.

5 comentarios:

Silvia Delgado dijo...

oh, Rafa, què preciosidad¡
què alegrìa empezar el trabajo con un poema asì nadando en la memoria. Un abrazo, Silvia.

Anónimo dijo...

Jo, Rafa con esta carta me has hecho hasta suspirar. :-)´
Qué bonito!! Espero que pronto vaya en tu auxilio.
Un besito.
Pd: Soy Darilea, Rafa supongo que ya te habrás enterado de lo que me ha pasaso sino pregúntale a Manuel Rubiales.
Te quería pedir un favor, podría comunicarle mi situación a Diosa, ya que lo he intentado yo, pero no deja comentarios anónimos en su blog. Gracias

Prometeo dijo...

¡Que maravilla de carta y poema!, que mejor para empezar un dia que fuera esta gris y con amenaza de lluiva...un fuerte abarzo.

Alma dijo...

¿Cómo odiar a quién se ama más que a nada en el mundo?

Anónimo dijo...

Qué poema, no me canso de leerlo.

Besos.