miércoles, 25 de agosto de 2010

Sentina


Quemada toda luz por el crepúsculo,
se busca entre las grietas de las sombras,
igual que un perro ciego.
(Se intuye sucio abismo sin confines).
Su sed, vampiro autófago,
perdida en el vacío, es un aullido
de tiempo coagulado.
(Las náuseas que destila,
lo mudan pozo ciego).
Sin norte,
se consume
estático, famélico, con rabia, desbocado,
atónito en sus heces.

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