viernes, 24 de agosto de 2007

Juego sucio

Se fue sin despedirse y me dejó,

Con tal nocturnidad y alevosía,

Su braga sudorienta en la almohada,

Que sueño cada noche con el grito

Que, muda al ser cerrada, dio la puerta.


Y a qué viene quejarse cuando es cierto

Aquello de que menos da una piedra,

Si no habrá de manar de nuevo el agua

¡A qué seguir clamando en el desierto!


Aunque, a falta de arrojo y de cariño,

No parece pedir demasiado

Una muy breve nota manuscrita,

Con una excepcional caligrafía

Y tinta de color amoratado,

Contando una romántica mentira

Sin voz, al despertarme de mañana,

A modo de endulzar la despedida.


Y, puestos a pedir, reclamaría

Que fuere aquel borrón y cuenta nueva

Sin faltas de pasión u ortografía,

------------- Mas, por pedir, ante todo

Limpieza

------------- ¡Qué cojones!

Un poco

------------ De limpieza.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ciertamente se agradece un juego limpio. De todas formas es preferible que te dejen claro el final a una permanente incertidumbre de si sí o si no, o todo lo contrario, un abrazo

Anónimo dijo...

Sin duda, leuma -aunque en esta vida casi nada se puede dar por definitivo. De todos modos, y aunque es muy difícil, siempre deberíamos cuidar el modo de transmitir nuestros "noes" y adioses, para evitar que, tratando de cerrar una puerta, acabemos por cerrarlas todas. Como en éste poema de Pedro Salinas, del que copio los versos iniciales y finales.

A veces un no niega
más de lo que quería, se hace múltiple.
Se dice: ‘‘no, no iré’’
y se destejen infinitas tramas
tejidas por los síes lentamente,
se niegan las promesas que no nos hizo nadie
sino nosotros mismos, al oído.
(...)
Un no da miedo. Hay que dejarlo siempre
al borde de los labios y dudarlo.
O decirlo tan suavemente
que le llegue
al que no lo esperaba
con un sonar de «sí»,
aunque no dijo sí quien lo decía.

Un beso.

Ps. Conste que este poema es en gran parte ficción -aunque no deje de ser también una metáfora que dice cosas distintas a las que en principio parece- y que, hasta ahora, nadie me dejo sus bragas sucias sobre la almohada.

Anónimo dijo...

Sinceridad y valentía para decir cara a cara lo que pensamos y sentimos..Yo creo que una de las cosas que más duelen en una relación, o en el finiquito de ésta, es la mentira. Por muy romántica y disfrazada que te la pinten..

Me ha encantado.

Un beso, Rafa.