lunes, 29 de abril de 2019

La Sevilla olvidada (13) (Carlos Parejo)


El barrio de Pío XII (Patronato de Casas Baratas) linda por el norte con la Avenida de la Cruz Roja y por el sur con el Retiro Obrero. Si algo llama especialmente la atención es que todas sus calles tengan nombres de flores andaluzas (Alelí, gardenia, geranio o girasol). Y es que cuando se construyó estábamos en los años sesenta, en plena efervescencia del movimiento hippie: Paz, amor y flores.

En los años noventa se construyó la amplia Ronda que la comunica con el sector Oeste de la ciudad y la nueva Avenida de Torneo, lindante con el río Guadalquivir.

Desde sus primeras décadas este barrio se consolidó tan firmemente que llegó a tener sus “cruces de mayo” y sus “velás” en la plaza, y su propio cine (Delicias o Lux) ( desde el año 1961 al año 1996), al que acudían de todos los barrios circundantes. La población trabajadora se ha favorecido la presencia de abundantes comercios familiares que se han mantenido desde hace más de medio siglo en la recta y ancha calle Conde de Halcón, al igual que ocurre en otros ejes comerciales de la Sevilla olvidada como la Avenida Marqués de Pickman en Nervión.

Nuestras calles destinadas al tráfico sustituyeron hace tiempo el albero por el asfalto y tienen aceras sombreadas con pobladas filas de robustos naranjos, el árbol sevillano por excelencia, que conviven con las esbeltas palmeras en plazas y avenidas. Y hay otras calles peatonales en el barrio (con muros para que no entren coches) que son remansos de tranquilidad.

Nuestras viviendas constan de bajo y cuatro plantas, altura típica de las barriadas de los años 50-60. Sus fachadas tienen numerosas ventanas y amplios balcones sin persianas y poblados de macetas. Los bloques tienen en su parte trasera amplios patios interiores de carácter comunitario. Allí se plantaban flores, plantas de huerta y árboles, aunque hoy predominan las hierbas, los jaramagos y los terrenos baldíos. Los habitantes de Pío XII procedíamos de antiguos corrales de vecinos. Por eso, en las noches de verano hemos seguido sacando nuestras sillas y butacas a la puerta del bloque a hacer nuestras tertulias vecinales.

Entre mis edificios singulares figura la Parroquia de Santa María de las Flores y San Eugenio Papa. Fue la primera parroquia de barrio de arquitectura contemporánea en Sevilla (1958-1963), lo que le ha valido ser protegida con la calificación de "Elemento Arquitectónico protegido" Dos piezas destacan en su exterior, el magnífico jardín que la preside y el campanario metálico contemporáneo, coronado por una Cruz de gran altura.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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