Lo que nunca querrán reconocer los despotas pseudoilustrados que, presumiendo de pedigrí comunista o —tanto monta, monta tanto— declarándose sin el menor tapujo afines a la derechona sin complejos heredera del franquismo, no cesan ni un solo instante de hacer apología del ultraliberalismo nacionalcatolicista en los medios de comunicación o en las redes sociales, es que, entre que un sujeto a título individual prenda fuego a una fotografía del Rey de España y el linchamiento simbólico a lo KKK de "Puigdemont" —y otras diabólicas "encarnaciones del mal" en años precedentes—, organizado por el Ayuntamiento de Coripe, hay un salto cualitativo —o hacia el vacío— que nunca deberíamos permitirnos: la institucionalización del odio. ¡Como para no querer independizarse!
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Lo de la institucionalización del odio tiene su miga ultraderechista que empacha
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