Lo de la cabalgata de Vallecas recuerda y mucho a los estados del sur en aquellos tiempos en los que a los negros les estaba prohibido mear donde lo hacían los blancos. Porque en España somos muy tolerantes con el colectivo LGTBIQ, pero, eso sí, siempre que los heterosexuales no tengamos que vernos obligados a mezclarnos con ellos domingos y otras fiestas de guardar. Así que nada de drag queen ni otras aberraciones sexuales en las cabalgatas de la buena moral, por mucho que puedan participar en las mismas bajo un disfraz de Bob Esponja o de Tomás de Torquemada. Que a aquellos que forman parte de este colectivo, damas y caballeros de beneficencia, como somos tan éticos, progresistas, tolerantes y buenos cristianos, ya les permitimos desfilar y exhibirse en sus propias carrozas durante el día del orgullo. Ni juntos ni revueltos, ese es mandamiento fundamental de nuestra divina ley de la tolerancia. Qué acierto tuvo poniéndose sobrenombre La Prohibida.
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Esperpentaña es una gran reacción y sus reaccionarios, muy homófobos y mucho mamarrachos nacionalcatólicos, aporellólicos y muy machos. Y ello, pese a que en los evangelios apócrifos del falósofo prohibido, y, en ocasiones, beato del laicismo, Tommy Nawo, podemos leer: "Al ver Jesús lo que estaban haciendo sus discípulos más descerebrados, se enojó con ellos y les dijo: «A ver, mamarrachos, aléjense de mí. Pero ya, ¡coño!, porque el reino de Dios no caben los homófobos, pero sí las drag queen."
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