La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
viernes, 19 de enero de 2018
Escribir un poema
Escribir un poema
es algo parecido a practicar una autopsia.
Se coloca el cadáver
de un sueño malogrado
encima de una mesa o una piedra
negra para la ofrenda en sacrificio
de angustias, frustraciones y fracasos,
y se procede a abrirle el pecho, el cráneo,
a la toma de muestras de tejidos,
a buscar huesos rotos,
lesiones en los órganos vitales,
sustancias deletéreas o nocivas
en la sangre, las fosas nasales, el estómago,
hasta determinar con precisión
las causas de la muerte.
Luego se cose todo y se maquilla
y, sin buscar culpables,
se mete en una bolsa de plástico y se entierra
en un lugar maldito, a ser posible
sin mármol ni epitafio.
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1 comentario:
Asi pues, los poetas son como forenses de sentimientos y emociones, elemental querido Watson de Nerva. Y bella foto...
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