"Igual que en televisión
interrumpen la emisión
para anunciar un brebaje
o un masaje,
interrumpo mi canción
y coloco aquí un mensaje."
Jorge y Javier Krahe
Hoy en día el común de los mortales se ve anegado por un éxtasis inenarrable ante el boato chabacano y de serie de un gran establecimiento comercial, y apenas se conmueve al contemplar la inapelable majestad de, por ejemplo, una catedral gótica. Algo parecido sucede con la poesía; nos suele resultar preferible un buen catálogo de IKEA, con sus fotografías a todo color y el anzuelo envenenado de su engañoso prosaísmo mercadotécnico. Pocas cosas tan lisérgicas y adictivas como el consumo. Aunque tengamos nuestros míseros ochavos muy contados.
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