jueves, 8 de septiembre de 2016

Metaelegía

En el útero imán
de un nido abandonado de palabras
tejen su telaraña los buitres del silencio.
Insectos migratorios con plumas de poema
acuden como moscas a la miel, cautivados
por el sosiego espurio de su elipsis viscosa
travestida de tránsito hacia eufonías cálidas.
(La rosa de los vientos perdió la arboladura,
y sus mástiles cántico yacen semienterrados
pudriéndose entre el légamo de una Ítaca espejismo
cubil de escolopendras).
Es la última odisea
de un navío quimera
sin gobernalle ni héroes.

2 comentarios:

Carlos dijo...

Muy a lo Góngora

Preste Juan dijo...

La de tiempo que no te leía. La de tiempo que he perdido.