La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
viernes, 23 de septiembre de 2016
El cazador de pieles
Cocodrilos ajenos al hedor de la charca
compiten con el sapo
partero por el ósculo
letal de las sirenas.
No hay color: bajo el fango
los colmillos cariados
del cántico son fauces conectadas al caos
de la inmisericordia.
No hay dolor: no hay amor.
Hay harapos y vértigo de cenizas volcánicas
sepultando el deseo con sus babas de azufre.
Pero también hay náuseas
de semen putrefacto
adherido a las vísceras sin curtir del destiempo,
extirpando los cuajos sin fe de la ternura.
El aire huele a orgasmo prematuro y sudarios.
Con las primeras heces
del eclipse, la orgía
se desata y desprende
un aluvión de zarzas
ardiendo sobre el coito del junco y la libélula.
Dante se quedó corto
describiendo el infierno.
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1 comentario:
texto pantanoso y surrealista
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