Juanillo el viejo regentaba en el año 1920 la barbería con más animada tertulia de Triana. Todos los chismes del barrio y acaloradas discusiones sobre la llegada de la revolución social cabían en ella. Él, impertérrito, escuchaba en silencio mientras recortaba perillas y engominaba bigotes alzados a lo Dalí.
Juanito padre le sucedió en el negocio en los sesenta. Allí modelaron sus largas melenas con flequillos los rockeros trianeros, desde Gualberto hasta Silvio. Reinaba un silencio psicodélico entre olor a porro y música del grupo de Liverpool. La tercera generación fue la de Juanito hijo. Las crestas de gallo más coloristas y originales de los “punks” trianeros salieron de sus manos entre música de los “Sex Pistols”.
Ahora ha heredado el negocio Juanito nieto. Mientras jóvenes con becas basuras o en prácticas mileuristas hablan de descargas de series y aplicaciones en INTERNET, les moldea tupés a lo “Elvis Presley” y bíblicas y luengas barbas como las que lucen los jugadores de la ÑBA como Pau Gasol o el Chacho Rodríguez, con las que seducir por la imagen.
(¢) Carlos Parejo Delgado
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