Hoy, porque casi todos
somos seres humanos
con derecho al error
-que es virtud si no alcanza
categoría de vicio-
y ya hemos de lidiar con demasiados
y estúpidos complejos,
he venido a romper
una lanza en favor
de aquellos escritores
con imaginación
y osadía que, a veces,
llegan a cometer
faltas de ortografía.
Porque la perfección
se la dejo a sujetos
como Félix de Anzúa
o el tal Pérez-Reberte.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
2 comentarios:
García Márquez da tantísimas vueltas a estos dos sobradillos que mencionas al final, que aun analfabeto perdido parecería catedrático a su lado por muy académicos que sea ambos los dos... ( es que yo cometo muchísimas faltas de ortografía .. como no voy a defender esos horrores ;)
Expresar sensiblemente siempre será mejor que el tecnicismo frio y distante del señor Reverte
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