Era un poeta oscuro
como la más profunda
fosa del mar océano
―lograba a duras penas
sobrellevar presiones
que en un segundo habrían
aplastado al más sólido
batiscafo. Tenía
la sangre corroída
y negra de arrastrarse
entre la podredumbre
de una atmósfera anóxica
constituida por átomos
de ira, gula y codicia.
Era un poeta oscuro
que, como todo buen
poeta oscuro, daba
a luz poemas claros
a la par que punzantes.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Era un poeta de esos que apenas venden en vida clásicos e inmejorables poemarios
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