Sediento, en sueños,
lamo tu corazón
de sal, hielo y espinas.
Hierve helada mi lengua.
Me desangro. Enmudezco.
No importa. Sé
que, pese a estar vedado
a mis ansias, su centro
alberga un tibio oasis
de dulzor y ternura.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
La sed del desierto sentimental buscando oasis de dulzor y ternura
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