martes, 1 de marzo de 2016

Fuego fatuo

cada vez que te alejas
un poco más —¡ya tanto!—
desde el confín remoto
donde no existe el tiempo

y mi vista no alcanza
a vislumbrar las llamas
de tu hoguera fantasma

se pudren en las yemas
de mis dedos las horas
por venir y el poema
se transmuda en sudario

en tanto que el silencio
ataviado de luto
blanco se acerca a pasos
gigantes cabalgando
la grupa desbocada
del último caballo

cada vez que te alejas
y me alejo la vida
deja de ser un poco
más aquel sueño antiguo
que nunca conoció
la fortuna e irrumpe
como una pesadilla
interminable y fatua
a un tiempo la mirada
sin ojos de la nada

hoy es uno de marzo
el principio de un fin
eterno y ya zanjado

2 comentarios:

Carlos dijo...

A medida que envejecemos la vida es, sobre todo, un sueño antiguo

Milena dijo...

Yo quiero que el tiempo no desvanezca mis sueños y que se vuelvan raíz y sostén
Bs

¡Qué bonita, Rafa !