Martín estudió Ciencias Empresariales e Historia del Arte, a la vez. Quizás por la herencia invisible de provenir de un abuelo y un padre que regentaban la principal tiendas de antigüedades de Hispalis. Enamorado de la incesante navegación por INTERNET se dedicó a intermediario entre las grandes subastas europeas de objetos de Arte y los magnates de países del Norte de África. Estudiaba minuciosamente las oscilaciones de los precios de venta de las obras de cualquier autor, época y estilo. Cuando empezaban a subir aconsejaba su compra y su posterior venta cuando bajaban. El neurólogo tomaba notas y notas de sus razonamientos. Deseaba que su robot humanoide tuviera esa pericia cerebral para desenvolverse favorablemente en aquel misterioso invento humano llamado capitalismo global.
(¢) Carlos Parejo Delgado
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