Claro que hay excepciones, como para casi todo. Pero, si no está
absolutamente seguro de hallarse ante una de ellas, jamás se le ocurra
decirle a un argentino al que acaba de conocer, aquello de “me encanta
ese acento”. Porque, de hacerlo, lo que podría haber sido un, aunque
probablemente desigual –a favor, cómo no, del argentino-, interesante
diálogo, casi con toda seguridad no será otra cosa que un tedioso y muy
largo monólogo.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
2 comentarios:
Lengua irrefrenable tienen
Las excepciones son pocas.
Un beso Rafa.
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