viernes, 10 de noviembre de 2017

Luego del funeral de Montesquieu


El viejo asunto de los tres poderes
y su separación ha fracasado.
Legislativo, ejecutivo y judicial
hoy bailan agarrados un son lento
al ritmo que les marcan los poderes
de corte empresarial y financiero.
"¡Danzad, danzad, malditos!"
Se podrá argumentar
que este actual modelo de gobierno del mundo
-para unos democracia,
para otros algo próximo
al totalitarismo-
tiene muy poco o nada
que ver con las sangrientas
dictaduras que antaño
azotaron al hombre
a manos de Pol Pot, Hitler o Stalin.
Pero no es cierto; ahora
estamos todavía en los momentos
-me refiero a esta parte del planeta
que dimos en llamar civilizado-
de la sutil e hipócrita
intervención del poli bueno.
Mas, cuando lo requiera
la situación, saldrá, de entre las sombras,
con aires de Mengele el poli malo.
Así ha sido a lo largo de la historia
y así parece ser
que habrá de seguir siendo
una vez fracasado, pobre iluso,
Montesquieu y su teoría
de la separación de los poderes
del Estado. Por tanto
nadie podrá negar, por evidente,
que ya muy poco o nada nos queda por perder.
Tal vez, en consecuencia,
no sea este mal momento
para pensar de nuevo como ilusos
y, tras el funeral de la teoría
de la separación de poderes, tratar
de fraguar otro sueño, otra quimera, la entelequia
de la superación de todos los poderes
que puedan emanar del aberrante
coito entre la alimaña denominada Estado
y los orondos capos de las mafias
globales que, a su antojo
y siempre procurando su provecho exclusivo,
no dejan de exprimir como a naranjas
tontas a los sufridos
y resignados pueblos de este mundo.

1 comentario:

Carlos dijo...

La Fiscal General de Venezuela tuvo que exiliarse cuando Maduro hizo un legislativo a la medida de su ejecutivo y prescindió del que había, que lo quería echar. Efectivamente, bailan como nunca los tres poderes de Montesquieu