domingo, 26 de noviembre de 2017

La peste

oh triste prostituta tú justicia
te han metido tu propia
espada por la vulva
-ellos los proxenetas
hijos de Satanás y una rata bubónica-
y la han movido dentro
de tu vientre impoluto
destrozándote el útero
y dejándote estéril 


                                y ahora sangras
sobre los inocentes
sangras
llueves
diluvias un licor
cruel inmisericorde
que engendra un mar estigio
donde se ahogan los justos
y navegan

bronceándose al sol las alimañas
que engordan con las leyes
y la jurisprudencia
hechas a su medida y el delito
 

no sé cómo consigues
soportar la ignominia y no te arrancas
la venda putrefacta que te cubre los ojos
y te cuelgas con ella
del cielo hasta la muerte   triunfal liberación
para que tus despojos tu carroña infectada
por la peste   imparable
deletérea se extienda
sin piedad por el mundo hasta secarlo
como una última plaga

1 comentario:

Carlos dijo...

Pues imaginate a la Justicia en la Edad Feudal...Destrozadita estaba ya