viernes, 28 de octubre de 2011

Seguidilla (XXXI)


Mi afán por ser labriego
de tu alegría
nos dejó por cosecha
tan sólo ortigas.

¡Semilla yerma
la que en tierras tan fértiles
dio malas hierbas!

2 comentarios:

Vivian dijo...

Las ortigas, en la poesía, tienen “espinas y desencantos”, pero como palabra siempre me ha parecido hermosa. Qué sé yo. (Locuras de una tarde con lluvia)
Mis besos

Carlos dijo...

Auténtico y cabal, para que lo cante Agujetas