viernes, 26 de marzo de 2010

Una de dos


Para este cruel dislate
Para este contumaz tira y afloja
Con que ávida desgarras mis alas sin aliento
Tan sólo pueden darse dos motivos
Que exhausta y sin valor te estés muriendo
Por darme un fraternal y estrecho abrazo
O en cambio porque de una vez por todas
Me abrace atroz la muerte.
Jamás podré saber por cuál te riges
Pero eso amor al cabo da lo mismo
Jamás renacerá de sus cenizas
Un fénix muerto en vida de destiempo.

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