martes, 9 de marzo de 2010

Seguidilla (II)


Clavada en las entrañas
Llevo una espina;
No me la arranques, rosa,
Que moriría.

Sin tu fragancia,
Tu espina, único freno
Pa’ mi hemorragia.

9 comentarios:

Marisa Peña dijo...

¿Qué tendrán las seguidillas que me gustan tanto? Será el ritmo, la musicalidad, ese sabor a la tierra de los míos.En fin...Un beso

Dafne dijo...

Si gustan las seguidillas,
casi tanto
que con el ritmo que marcan
se olvida una
que es un lamento
que vas mandando.


Besos!!!

Alma dijo...

Es curioso como, a veces, es precisamente lo que nos causa la herida lo que paradógicamente nos hace vivir.

Un beso

Dolo dijo...

Jo, Rafa, qué poeta eres; no se te resiste "na de na". Besitos!!

Dafne dijo...

Jeje jejej....estaba escribiendo para hacerte la correción...pero vaya,chico listo que lee y relee...

y el error ha desaparecido

mas besos

Encarni Mejides dijo...

Wooo perfecta seguidilla!!, lo que causa una herida ciertamente a veces nos mantiene con vida, otras nos mata poco a poco.

Más besos

@Intimä dijo...

Nunca hice una seguidilla, la tuya me encantó.
Intento hacer una...
Una espinita tengo
dentro clavada
de un amor que se fue
sin arrancarla.
Sangra la herida
cada vez que le nombro
por las esquinas.
Si no esta bien, te importa corregirme?
Un besito Rafa

ralero dijo...

Está perfecto, Dari.

Un beso.

Prometeo dijo...

Mas andaluz imposible, tiene un aire, un aonoridad que va muy bien con esas tierra...un abarzo.