miércoles, 25 de marzo de 2009

Aguafuerte



Ya sé que he prometido, hasta la muerte,
Fingir que para mí no has existido,
Mudarte en mi memoria por olvido,
No hablarte, no escribirte, no ir a verte;

Tratar de que mis sueños, vida y suerte
No pendan de la llama de aquel nido,
Por siempre y desde siempre ardor prohibido,
Grabado aun en mi entraña al aguafuerte.

Mas es tan obstinada la añoranza,
Tan terco el corazón e independiente,
Que, a veces, pulverizan la pujanza

Que puse en mi promesa displicente,
Haciendo que hasta en la desesperanza
Te busque, de mis votos, disidente.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Si hay un sentimiento que cada día me gusta menos y además me enrabieta ,es el amor,porque que sé que siempre lleva implícita la otra cara,la del des-amor.Los poemas de amor a veces me resultan empalagosos,por poco creyente..por el contrario sus opuestos al leerlos me gustan tanto,por reales...que duelen

besos
dafne

titania dijo...

¿Que les decimos a estos científicos locos que dicen que se ama con la cabeza?

Acertado, muy acertado el comentario anterior.

De todos modos creo que si se puede salir del laberinto.

besos.

Anónimo dijo...

Promesas que a veces cuesta cumplir, Rafa; pero el olvido es posible.

Besos poeta

Anónimo dijo...

Yo nunca hago promesas, me da miedo no cumplirlas y soy supersticiosa, herencias.
Un poema conmovedor, y es la vida misma. Un gozo leerte.

Un abrazo grande, Rafa, poetazo.

Caminante dijo...

Los sonetos ¿porque... esto es un soneto... o no? parecen salirte sin esfuerzo alguno por cuadrar "aquello", como si se encajara solo, y... que está bien lo de ser hasta disidente de nuestras propias intenciones. Quizá no Debemos ser rotundos en nada, siempre es buen momento para cambiar de idea -hecha exclusión de los valores universales, que no deben estar al vaivén de las emociones-.
Un beso. PAQUITA

Dolo dijo...

Es un poema, lo que se dice, redondo.
A riesgo de repetirme una y mil veces, tengo que decírtelo ¡qué bien escribes!

Raquel Lanseros dijo...

¡Qué maravilla!! Madre mía, he tenido que tragar saliva. Qué forma tan hermosa de relatar la propia vida. Es el destello de la verdadera poesía. Me ha explotado en el corazón.

ralero dijo...

Gracias, Raquel. Algo así me sucedió a mí, que los ojos de la niebla estallaron en mis venas comándolas de una luz imprescindible.