viernes, 31 de octubre de 2008

Alma indigente


Postrado ante las puertas del olvido
Subsiste, ya, esperando esa limosna
Que, a veces, cuando pasa, inesperada,
Sin nunca detenerse le concede;
Un simple “
cómo estás, un buenos días,
Un hola y un adiós… un hasta siempre
”.
Si fuerzas aún tuviera, gritaría
“¡No pido caridad, quiero justicia!”,
Pensando aun por probable lo más justo
Las lindes del destierro o igual la muerte.
Mas su alma malherida se conforma
Exiguamente, lánguida y rendida,
Con sólo las migajas que ella deja
Que caigan de la mesa de su tiempo.

jueves, 30 de octubre de 2008

Como viento de sur



“A tu casa, amor,
hay que ir desnuda para la entrega.
Y no quiero caer en la tentación... mañana,
de atravesar tu puerta vestida de lástima.”

Rosa D.


Me amortajó tu ausencia de ancho llanto,
Y aquí, entre la penumbra, impera el frío.
¡Qué crudo es esperar sin esperanza
Que vuelva un alba antigua, como aliento,
Fundiendo el cruel sudario de la escarcha
Fraguada en unas lágrimas de invierno!

Comprendo que no puedas darme tu orto.
Mas si una noche piensas en mis páramos
Y arbitras acercarte a darles fuego…
Si has de hacerlo desnuda,
Nunca vengas:
Te infectaría el germen de mi hielo.
Llega mejor trajeada de ternura
Y dame en tus palabras tibio afecto.

Estación de penitencia (VI)


Tatuado de abandono en las pupilas
Deambula sobre huellas errabundas,
Atónito de espanto ante las olas.

No alcanza a acostumbrarse a la distancia.

Mas puede soportar su abrupta herida
Metiendo la mirada entre las dunas
Cual junco que se humilla, humilde, al viento.

No obstante, se desangra en sus raíces,
Muriendo su alma un poco en las mareas
Que ahogan con el légamo del llanto
Su vuelo en cada cruce de caminos.

miércoles, 29 de octubre de 2008

La lucha irredenta


A Pepe García Rey, In Memoriam.

Con la misma ilusión que en nuestro origen,
Aquí estamos. Derrota tras derrota,
A veces inminentes, a veces aplazadas,
Seguimos sin rendir nuestras razones.

Sabemos que jamás conseguiremos
Ser voz de la conciencia un solo instante
De aquellos que la voz nos amordazan
Y ya hace mucho tiempo que olvidaron
La voz de la conciencia y sus motivos.

Muchos
----------- arrojarían la toalla.
Nosotros, no. Nosotros,
Aun derrotados, seguiremos siendo
Una incansable mosca cojonera
Jodiendo las pelotas del sistema
Hasta que al fin nos derrote la muerte;
E incluso algunos,
----------------------- Pepe,
-------------------------------- como tú,
Largo tiempo después en la memoria
De aquellos que tuviste por rivales,
Y siempre ya habitando el corazón
De tus amigos.

martes, 28 de octubre de 2008

Octubre


Como un sollozo se pudre la tarde.
Danzando sin compás en la tormenta
Se llueven hojas secas sobre el légamo,
Y un pájaro aterido gime exhausto
Sin vuelo que enfrentar al rudo viento.
Murmura el aguacero un canto insomne
Tan yermo como aullido en el silencio.
De vez en cuando el sol, agonizante,
Se vierte por la herida de las nubes
Tintando con su sangre la arboleda
Del parque encapotado y solitario.
La luz anaranjada, en las farolas,
Comienza a crepitar, helada y triste,
Untando con su pátina de ausencias
Las sombras de las calles oxidadas:
El tiempo vaga atónito en su pérdida.
A ratos el chirrido de unos frenos
O un claxon delirante sin sordina
Disipan levemente la nostalgia
Tatuada en las espaldas del ocaso,
En tanto que la bruma va anegando
De lágrimas los dedos de los sauces
Que, exánimes, se rinden a la escarcha.
De súbito la noche, como mármol,
Se abate sobre el alma del viajero,
Sedente atada al plomo del cansancio.

Pedazos del corazón

"y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende."

Pedro Calderón de la Barca.

qué espanto haber llegado hasta este punto
a ansiar ya despertar y que la vida
sólo haya sido un sueño que sin alba
se funda como hollín a la negrura
de un cielo mineral glacial y estéril

lunes, 27 de octubre de 2008

Estado de sitio


Cuando el dolor
De la infecunda espera
Se alza en redor
De un alma a la que estera,

Nunca el amor
Que hubiese por bandera,
Como una flor,
Retoña en primavera.

Y aquel anhelo
De aladas mariposas
Fundiendo el hielo,

Desganas procelosas
Se muda, ya sin vuelo,
Malogrando las rosas.

domingo, 26 de octubre de 2008

Contra-proverbio


No dejes de gritar mientras no estés seguro de que tu grito es más horrible que el silencio.

[{¬¬¬¬¬***}] y [{¬¬¬¬¬****}]


Funde en la aurora,
Con su cálido roce,
El sol la escarcha.
¿Por qué mi corazón
Sigue al alba sombrío?

* * *

La luz no alcanza
A alumbrar lo más hondo
De un frío océano.
¿Cuántas olas sepultan
Tu ignota tumba Atlántida?

sábado, 25 de octubre de 2008

Introito



Me esfuerzo en olvidarte.
Y luego, con la noche…
Te sueño, amor, te sueño.

En sueños yo te encuentro.
Y al filo de la aurora…
Te pierdo, albor, te pierdo,

Te pierdo y en la herida,
Que ensancha la vigilia...
Me muero, albor, me muero.

Me muero y mi memoria
Se apaga sollozando...
“Te quiero, amor, te quiero”.

viernes, 24 de octubre de 2008

Presentación de "El perfil de los sueños", de Paco Huelva



Autor: Paco Huelva
Título: “El perfil de los sueños”
Género: Relatos
Editorial: Isla Varia

El libro fue gestado en gran parte, en minombre.es.
La portada ha sido diseñada expresamente para el libro, por el pintor onubense Miguel Díaz.
El prólogo es del poeta, narrador y traductor de Fuenteheridos Manuel Moya.

PRESENTACIÓN

Lugar: Museo Provincial de Huelva
Presentadora: María Gómez
Jueves, 30 de octubre de 2008
19:30 horas.

"Alguien, hace años, me habló de ella. Me contó que residía en Buenos Aires, en Argentina, y que vivía ensimismada, sin atender a nadie, como resultado de un amor perdido en la juventud. Al parecer, nunca más pronunció palabra alguna. Después de haber escuchado aquella voz de cristal -la que provenía de mi conciencia y de mis ganas de hablarle-, decidió, como un viento enjaulado, enclaustrarse en su mundo y no salir más de él. También añadió que se pasaba los días sentada en una silla, en cualquier rincón, a la espera de que ocurriera algo, y que, de vez en cuando, rozaba con sus dedos un cristal engarzado en metal, que colgaba de una cadena, y que siempre llevaba al cuello como recuerdo de alguien o de algo."

Fragmento de "Caminos paralelos".

Ekología


A María Gómez, amiga del alma.

(Acción sin reflexión)

En vista de que nada hasta el momento
Ha dado suficientes resultados,
Estas son las acciones que hoy propongo
A fin de que la vida no se extinga
En breve y para siempre en esta Tierra.

Para empezar resulta imprescindible
Pasar lista.
--------------- Con celo y letra a letra
Ir consignando nombres y apellidos
Hasta haber, sin reservas, completado
La nómina exhaustiva de individuos
Que ocupan este mundo mancillándolo.

Después hacer acopio, a toda prisa,
De unos 6000 y 600 millones
De balas del calibre más idóneo
Y, ya sin dilación ni duda alguna,…

Disparar a destajo, disparar,
Disparar decididos, disparar,
Disparar sin descanso, disparar…
Disparar hasta haber erradicado
La plaga que consume a este planeta.

Y así dejar hacer sin más obstáculos
A la Naturaleza…
----------------------- (Muerto el perro,
Acabóse por siempre ya la rabia).

jueves, 23 de octubre de 2008

A contrapelo


En la monotonía, la tristeza
Devora, igual que arena movediza,
Las huellas por marcar al sindestino,
Y el loco palpitar del corazón
Se espesa como ciénaga en la bruma.
Día tras día y todo
Sigue igual,
Nada cambia. Ninguna inesperada
Circunstancia
Viene a romper el ritmo cansino de las horas
Y negro y sucio, siempre entre las nubes,
El sol uniformado va de eclipse.

Las horas van pasando lentamente.
Cada minuto un día, cada día
Siglos eternos de desesperanza
Que, muy de tarde en tarde, cauteriza la noche
Cual muerte engañadora e incompleta.
El tiempo se diluye, detenido
En un instante yerto en la memoria,
Y escapa como el agua entre los dedos,
Vaciando en su periplo el alma yerma.

Perdida sin regreso la esperanza,
Sólo queda rodar hasta un océano
Tan bruno, tan lejano y silencioso
Que nunca se divisa su horizonte.
Y ansiando que transcurra, el alma, el tiempo,
Veloz hacia ese vacuo desenlace,
Solloza atormentada en la ignorancia,
Ajena a que por siempre estuvo muerta.

Gótico tardío



Arquitecto de imposibles,
Tras los muros del silencio,
Se consume entre las ruinas
De lo
------- i ne di fi ca ble.

miércoles, 22 de octubre de 2008

[{¬¬¬¬¬*}] y [{¬¬¬¬¬**}]

Pausada y tierna,
Gota a gota, a la roca,
La lluvia ablanda.
¿Por qué tu corazón
No enternecen mis lágrimas?


* * *

Dulce es la lluvia
Que, irrigando el jardín,
La flor fecunda.
Del salitre en la brisa
Crece exigua la rosa.

Bienes gananciales


Nunca imaginó sentencia tan aciaga: tras su separación, todos y cada uno de los pocos bienes que hubieron en común, fueron adjudicados a su sombra.

martes, 21 de octubre de 2008

El Loco Tirano




Quisiste navegar contra corriente,
Con ansia aventurera, a la conquista
Del sueño fantasmal de un El Dorado.

Traidor y Peregrino y hasta Príncipe
De falsa Libertad y vasta Cólera,
Bogaste decidido, sin cauciones,
Seguro de ser Febo en tu destino;
Mas, rojo, un firmamento de demencia,
Torció tu rumbo en aguas de un Leteo
De umbrosos albañales sin regreso.

Temprano se hizo tarde.
Con el tiempo estancado como ciénaga
Jamás gozaste un viento favorable,
Y el orto y el ocaso, confundidos,
Se hicieron territorios de frontera
Que, helados como filo de navaja,
Segáronle el aliento a Inés de Atienza.

Monstruoso parricidio perpetraste,
Tu crimen más abyecto y perturbado,
Allá en Barquisimeto, a cuchilladas,
Do luego el arcabuz de un marañón
Tu carne desplomó para los perros,
Haciéndole a tus víctimas justicia.

Proscrito en la penumbra del destiempo,
No más quedó la niebla del fracaso
Mudando por traición tu rebeldía
Y el mapa del tesoro en un despojo
Expuesto cercenado en una jaula.

Pero El Dorado, Aguirre…
El
Dorado...

Existe.




lunes, 20 de octubre de 2008

E.P.D.



Miserarum est neque amori dare ludum, neque dulci.

Horacio

De súbito, la noche,
Y piérdense las huellas, como espectros,
Y, exangüe, el horizonte en el ocaso.

Aquella luz que, un día, en tus jardines,
Pensando en otra llama no encendiste,
Se agosta sin haber nunca existido
Ni ser progenitora en otra aurora.

La sed del laberinto sin estanques,
Que alzaste, alfanje, a golpe de salterio,
Se funde como sal bajo la lluvia
Vertiéndose hacia un mar de polvo yermo,
Eternamente quedo y sin fontanas.

Y allí, bajo el ciprés y la alta luna,
Grabado sobre el mármol, indistinto,
Tan sólo un epitafio, mudo y gélido,
Será el precario resto que atestigüe
Tu recto proceder adoctrinado.

Nocturno



Hoy la noche es hermosa como un orto.
Cantan los grillos junto al río sin cauce,
Y la luna se vierte quedamente
En sus aguas tan limpias como espejos.

Sobre el puente, calado de relente,
Contemplo como duermen, sedentarias,
Las olas sin el hálito del viento.
Es tanta la quietud que casi espanta.

No alcanzo en la penumbra a ver los márgenes
Y así, con la mirada hecha rocío,
Los límites son frágiles, no es fácil
Recordarlos. No obstante, son memoria.

El paisaje parece detenerse,
Vacuo mármol. Así, la vida esgrime
Argumentos ajenos a lo estético,
Que envilecen la luz del vasto azogue.

Sí, se respira, en esta noche, aurora,
Pero el río es tan limpio, tan silente,
Que el rumor de su paso se diluye
Tal no hubiese iniciado su periplo.

No obstante, una fragancia de salitre
Se adhiere de las alas de los sueños
Augurando el final de la belleza,
Del cosmos, de la luz, de otro crepúsculo.

La luna se avergüenza de sí misma:
¡Qué barbarie alumbrar esos arpegios
Junto al mar sin orillas del silencio!
Rompe el canto del gallo por tres veces
El filo inescrutable de las sombras.

(Tan sólo el sol intuye la verdad, pero calla
Sumido en lo más hondo de su ocaso)

Sí, qué hermosa,
Qué hermosa, hermosa noche,
Cuánto dolor, qué inmensa
La tristeza.

domingo, 19 de octubre de 2008

Estación de penitencia (V)


Ven a ungirme en tu llanto las heridas,
Que ya escapa el aliento entre mis labios
Gimiendo tristemente sin norte ni esperanza.

Ven, que expiro en mis sueños.
No esperes que el crepúsculo despierte
Y acude a perdonarme mis virtudes,
Desnuda cual piadosa Magdalena.

Arriba con sigilo hasta mi miedo,
Que ulula ya la noche como un perro,
Augurio de patíbulo en la aurora.

Ven sin demora, que se hace lo eterno,
Y otórgame esta noche un breve instante
De tiempo recobrado.

Reflexiones de mercado


Sábado, 18 de octubre, 11:37 de la mañana; Mercado del Carmen. “Éste es un lugar –voy pensando mientras camino entre el bullicio- que aún no se halla infectado de los contravalores del consumismo y el despilfarro de esta sociedad ególatra que nos ha tocado vivir en el mundo desarrollado; aquí la gente acude habitualmente a por poco más de lo necesario…” De súbito, un gran cartel en uno de los accesos me saca de mis pensamientos: “SE PROHÍBE LA MENDICIDAD Y LA VENTA AMBULANTE”.

En esos momentos una chiquillería, que no es habitual normalmente, recorre alborozada las calles del Mercado. “¿Puede usted colaborar para el DOMUND?”; es la mendicidad institucionalizada, cándidos niños, felices de solicitar las migajas que caen de nuestras opulentas mesas para ayudar a sobrevivir a sus hermanos empobrecidos.

“SE PROHÍBE LA MENDICIDAD…” Los empobrecemos y hasta casi les hurtamos el alma y, después, los prohibimos, los apartamos, los metemos debajo de la alfombra como basura que no tenemos tiempo de limpiar. Luego, una vez al año, enviamos a nuestros niños a las calles para tratar de lavar nuestras conciencias.

“SE PROHÍBE LA MENDICIDAD…”, “¿Puede usted colaborar para el DOMUND?”, dos gestos tan contrapuestos, pero a la vez tan ligados, como expresión de la insolidaridad y la insensibilidad que nos atraviesan como un carcinoma para que se mantenga y se siga perpetrando la injusticia.

“Sin duda –pienso-, el virus del egoísmo y la falta de empatía y amor que caracteriza nuestros tiempos lo infecta ya todo y, aunque en determinados lugares no sepamos reconocer sus síntomas, no por ello deja de estar presente. También aquí, en el Mercado del Carmen”. Doy mi limosna para el DOMUND; compro a buen precio unos chocos y unas doradas sin ser molestado por ningún pedigüeño desarrapado y proscrito, luego unas patatas... esta noche podré cenar tranquilo.

sábado, 18 de octubre de 2008

7 (un poema de Carmen Borja)



7

Este dulce no hacer nada,
abrir ojos y piel a la mañanas,
a un tañer y ladrar arracimados,
a la sombra del sol en las callejas.
Hay pensamiento sin lenguaje
y toda plenitud es misteriosa.
Lo arriesgas todo, tu vida entera,
por aquello que gesta lo invisible:
presencia del espíritu en el mundo.
Es lo invisible
lo que cambia el curso de la historia
y hace arte con los sueños de las rocas
y el deseo salvaje de los hombres.
Entonces el poeta intuye lo sagrado
y canta la verdad. El viento cesa.
¿Has visto cuántos desiertos?
El de piedra, el montañoso,
el de arena, el de sal blanca,
el de lava y el terrible de polvo.
No calles. No te niegues la palabra.
Crear, orar, conjugar toda forma de futuro,
amar, reír, comprender:
todo aquello que nos hace humanos.
Siempre volvemos a la casa del padre.


Del Libro del retorno.

Y el verbo se hizo páramo


A Rosa,
quién, por unos instantes, se vistió del color de la lila celeste.

Un día te dije:
“Te querré para siempre.

Te querré para siempre
Por encima del tiempo,
Sin que importen distancias,
Más allá del silencio,
Del dolor y la risa,
Del olvido, la muerte…”

Y lo dije, sincero,
Sin pedir nada a cambio,
Pues pensé que el cariño
No es asunto de trueque,
Ni el abrazo un artículo
Que por ratos se alquila
O se compra y se vende;

Que el afecto entre dos,
Sin haber de pedir,
Ha de hacerse semilla
De abundantes cosechas
Resistiendo a las sombras
Como llama encendida.

Y me puse a sembrar
A pesar de tener
Mis dos manos vacías;
Y entre heridas abiertas
Germinaron jardines
Que sin fin parecían.

Pero luego un otoño
Pertrechado de inviernos
Congeló mis afanes
De frugal jardinero,
E hizo erial del jardín
Y pudrió las semillas,
¡Era tanto tu espanto
A mi amor sin medida!

Y la sal del desprecio,
Infectada de olvido,
Dejó aquella promesa
Yerma, triste y sin vida;
Que del grano más fértil
Cuando el viento es adverso
Sólo brotan cenizas.

viernes, 17 de octubre de 2008

Daos prisa. Tal vez mañana…


La lluvia, sin piedad, sobre el asfalto,
Percute como el mar contra las rocas
De un litoral sin nombre. Llueven almas:
Jamás hubo un otoño tan aciago.

Se anega el parabrisas de ansias yermas
Y un viento de poniente eleva, insomne,
Silentes partituras de hondo piélago.

Ejércitos
De animalillos muertos,

Sorprendidos inermes bajo el caucho,
Se abisman al fragor de la batalla
Librada en la premura de una noche
Que, armada con sus alas amarillas,
Sucumbe lentamente bajo el manto
Que, gris, prostituyendo va el celeste.

Aúllan telarañas y alacranes
Mientras, lúgubre, pútrido, y cansado,
Se sublima un fantasma en la cuneta:
Qué infame evanescencia emerge al alba,
Sumiéndolo en las fauces de la niebla.

Ya no hay luz que deslumbre a las adelfas:

La bruma se ha adueñado los despojos
Del fraude plateado de la luna.

Brutal
Nace un eclipse: cuánto espanto.

Arrecia, hecho salitre, el aguacero,
Hiriendo con sus haces de acres sombras
La inercia de las huellas sin destino,
Frenadas como náuseas de una ciénaga.

De súbito un impacto:
Sed, jirones,

Huesos rotos;
No habrá ya más destiempo

Ansiando en sus vestigios renacerse.

jueves, 16 de octubre de 2008

El verbo silenciado



“Te suplico que pronuncies mi nombre
Y descubro que me llamo silencio.”

Juan Delgado López


Yo sólo existo cuando tú me nombras.
Cuando aflora mi nombre entre tus labios,
El verbo se hace carne con tu aliento,
Y alumbra un alma viva en la esperanza.

Recuerdo que mi nombre, como cántico,
Antaño germinaba con tu risa,
Colmando de fulgor en tu palabra,
La umbrosa incertidumbre del destino.

Pero un otoño triste un viento afónico,
Nacido de altas torres babilonias,
Borró en tu diccionario los vocablos
Que a mi alma le otorgaban luz y esencia.

Y olvidaste nombrarme para siempre.
Silencio desde entonces es mi nombre,
Ausencia interminable mi apellido,
Mi albergue el hipogeo del olvido.

Yo ya no existo pues tú no me nombras.
Con mi nombre exiliado de tus labios,
El polvo vuelve al polvo, y la memoria
No muere porque nunca fue engendrada.

(El Éxodo)

Estación de penitencia (IV)



Hoy me siento tan triste
Como si fuese el fin del mundo y tú
Llevases siglos muerta,
Y yo una eternidad, solo, esperando,
Sabiendo ya sin tiempo a la esperanza,
Sin crédito, el milagro de tu vuelta.

Hoy me duele en el alma como nunca la ausencia.
Dirijo la mirada hacia el poniente
Buscando en el ocaso los indicios
Que al alba nunca fueron favorables,
Y se alza un negro abismo golpeando mis pupilas.

Hoy me siento tan triste
Como si fuese el fin del mundo y yo
No hubiese ni nacido,
Y tú jamás me hubieses visto el cómplice
Que entrega, sin pedirte nada a cambio,
Fue, amándote sin chance y con sordina.

Hoy me asfixia el silencio como un mar sin orillas.
Te busco entre las olas de la espera
Igual que busca el náufrago una isla
Que alivie sus brazadas, del salitre,
Heridas sin aliento ni faro tras la bruma.

Hoy me siento tan triste
Como si fuese el fin del mundo y ya
Tu olvido hiriese tanto
Que sólo la extinción de lo existente
Pudiera ser cauterio a la amargura
De tanta muerte en vida en mi costado.

Hoy me siento tan triste como si fuese el fin
De mi mundo en tu mundo.

-

miércoles, 15 de octubre de 2008

Liquidación de existencias


Con los sueños rendidos.
De hambre hastiado,
Cenando con desgana,
Sin deleite.
Desecho en la desdicha,
Insomne a pierna atada
Sobre el lecho,
Devorado en las sombras,
Con pavor a la aurora;
La mirada perdida
Tras la breña del techo,
Repitiendo los nombres,
Recordando la fechas,
Evocando lugares,
Maldiciendo a los dioses,
Añorando el pecado,
Ansiando,
Suplicando
Un zoco, un mercader, un turbio trueque…
¡Mi alma!,
Mi alma sin luz,
Yerma,
Sola,
Vencida,
Sin huellas
Ni horizonte,
Tasada a saldo a cambio
Del desprecio a la vida,
De ignorar a la muerte,
De volver al olvido
Como sueño precario
Que se piensa perenne.

martes, 14 de octubre de 2008


La vida es un puñado de cenizas
Qué, gélidas, se agostan en el viento.

No,
Nunca un dios, en sus manos, tomó el barro
Para darle de un soplo un alma eterna
Como respuesta al miedo, la incertidumbre, el llanto,
Las noches de dolor y la amargura
Del mundo, en las costillas de los sueños,
Golpeando con violencia desmedida.

No,
Nunca hubo un dios, jamás hubo un origen
Y nunca habrá un destino
Que otorguen un porqué a nuestra existencia.

Así, no es la esperanza
Más que una atroz y estúpida quimera,
Estafa indecorosa que asumimos
Por no ser devorados de tristeza.

Perdida, por lo tanto, la ilusión,
Y habiéndole arrancado a la entelequia
Su cómico disfraz de inútil utopía,
A qué seguir viviendo en la apariencia,
Por qué fingir al alba una sonrisa
Si campa un negro espanto en las entrañas,
Creciendo cada nueva amanecida.

No,
Que nadie venga a dar buenos consejos
De cómo he de asumir tanta congoja:
La vida es un relámpago en la noche
Que nunca iluminó mi hastiada vista,
Y yo inmundo despojo de un cadáver
Que ya no es bienvenido ni en las sombras.

Tras la rendición



¿Y si resulta un día
Que estoy equivocado, y mis anhelos
Translucen que no fueron tan sólo una entelequia?

¿Y si se hace la luz,
Y estalla frente a mí, con sus colores,
El tiempo que he perdido condensado en las sombras?

¿Logrará soportar mi corazón
Acaso tanta dicha, la amarga decepción
Por nunca haber sabido luchar tras la esperanza?

Mejor, desilusión, no me abandones.

-

domingo, 12 de octubre de 2008

La venda


Sin sol
se mustia, inerme,
la flor.
De un vasto eclipse...
qué estéril yermo.

sábado, 11 de octubre de 2008

Promesa rota


No me olvido
De mi grávida promesa
De quererte para siempre.

No me olvido
De lo mucho que te pesa
Que esa promesa no quiebre.

No te olvido
Y, por quererte, quisiera
Exiliarte de mi mente.

No te olvido
E incumplo así la promesa
Que ha de romperse en mi muerte.

No te olvido.

Fotografía: AnaelA.

La piedra en el espejo


Sumido en las tinieblas del olvido,
Tan cruento ha sido el tiempo de la espera
Sin una leve luz a la esperanza,
Que si un alba celeste desde el orto
Viniese a iluminar ahora mis sueños…
Me arrancaría sin dudar los ojos
Y a tientas seguiría encadenado
A esta mar sin espejos.

viernes, 10 de octubre de 2008

La herida en la flor del magnolio




Un polvo ceniciento y corrosivo
Recubre el mobiliario de los sueños
Y tejen los minutos telarañas,
Asiendo el porvenir a lo pretérito.

El suave centelleo del magnolio,
Pintando sus fragancias sobre el mármol,
Sin nadie que recorra sus estambres,
Se apaga ya en su aroma, mustio y pálido.

La luz que se refleja en las vidrieras,
Pavesa en las penumbras de la espera,
Proyecta en mi mirada a la intemperie
La más honda y brutal de las tristezas.

¡No puedo más con tanta ruina insomne,
Con tanto aliento herido abandonado,
Con tantas alimañas recorriendo
El ansia de horizontes hecha ocaso!

Por eso cuando irrumpe en mis jardines
El alba gris y parca del pasado,
Igual que a un espejismo en el destiempo
Observo sus pupilas de soslayo;

Y me ato a sus mordiscos de Quimera
En busca del fulgor que viera antaño
Como un indicio frágil que me alumbre
En esta larga noche de mi llanto.

Mas nunca ante las mías se dilatan,
Y no sé si se encuentran las razones
En mi alma imperceptible de fantasma,
O en que ella es ya un cadáver sin pasiones.

Y así se desvanecen mis vestigios
Pudriéndose en lo oscuro de la ausencia
En tanto se disgrega el firmamento,
Sumido en un vacío sin estrellas.
-

jueves, 9 de octubre de 2008

Frenesí (de Mar Sánchez) y De la piel de un alma muerta


Inspirado en uno de mis poemas (Frenesí) ha germinado esta maravilla hecha de luz por las manos de mi amiga Mar.

Maravilla que, a su vez –o, más bien, el proceso que le ha dado vida- me ha terminado por inspirar en el nacimiento de este breve poema.

De la piel de un alma muerta

En ocasiones sucede
Que, en los pútridos despojos
De una alondra condenada
A transmudarse en basura,
Sin mancha brota una flor.
Y no deja de ser bella,
Aunque el color de sus pétalos
Sepa a enlutada ceniza,
Y en el viento su fragancia
Resuene a un vuelo de lágrimas.
-

Lento



Lento
------- transcurre el tiempo, lento.
------------------------------------------------ Lento
Se extingue.
----------------- Lento, igual que una pupila,
Dolida,
lentas lágrimas destila
Cual cielo, en el ocaso,

--------------------------------- ceniciento.


Lento,
-------- tal que ola en mar de exangüe viento,
Se desvanece.
------------------ Lento, así, aniquila
Toda esperanza.
--------------------- Lento al alma enfila
A un lento enflaquecer de desaliento…


- ¿Bailamos?
---------------- - Lento, amor, no hay prisa alguna;
La lenta melodía de este lazo
Bailemos mientras, lenta, arda la luna,
Que luego ha de llegar, con su zarpazo,
El alba hiriendo, lento, a la fortuna
Que ungió tu cuerpo al mío en lento abrazo.

-

miércoles, 8 de octubre de 2008

Los verdaderos héroes



Los verdaderos héroes,
En contra de la unánime opinión
Que rige en el común de los mortales,
No se hacen en la guerra.
Los héroes verdaderos y sus gestas
Se forjan do el amor se desvanece
Dejando en su lugar nostalgia y llanto.
Pues raramente suelen las heridas
Con causa en este campo de batalla
Llevar al que las sufre hasta el sepulcro;
Mas siguen, sin embargo, a tumba abierta,
Sangrando sin cesar y sin cauterio
Hasta ese ansiado instante en que la muerte
Libera, compasiva como un ángel,
Al héroe en desamor de su heroísmo.


Ilustración: “Eros y Psique”, de Fraçois Gerard.
-

martes, 7 de octubre de 2008

Estación de penitencia (III)



Sumido entre las sombras sin resquicio
Del arduo laberinto tejido en el silencio,
Soñó el hombre una luz hendiendo efugios
Al bruno murallón que, mudo, lo enclaustraba.

Cansado de vagar sin rumbo alguno,
La vasta somnolencia que, amarga, lo aturdía,
Nublaba, sin embargo, tan densa, sus sentidos
Que, henchido de recelo, la duda lo abrumaba.

¿Será acaso una voz, una mirada,
La cálida ternura de unas manos
Tendidas sobre el foso de lo yerto
Igual que un puente pródigo a un prodigio?

Pero era tanto el peso, en la zozobra,
Cargando su sentina de cruel desesperanza,
Que inmóvil se quedó, preso del llanto.
¡Cuánto plomo en las alas, cuánta escarcha
Devastando su aliento, cuántas huellas
Haladas por la mar hacia el olvido!

Entonces recordó viejas leyendas
¡De un hilo un nombre un hilo un nombre ARIADNA!
¡Alabados los dioses que pueblan el Olimpo!
-Se dijo esperanzado y jubiloso-
¡Por fin alguien escucha mis plegarias!

Sangrando a borbotones por la herida
Abierta por la ausencia en su costado
Sin fuerzas se arrastró hacia aquella aurora
Equívoca, frugal y evanescente,
Y al fin, cuando la luz tomó en sus manos,
El hilo transmudóse en telaraña.



Ilustración: “Relativity”, de M.C. Escher.

lunes, 6 de octubre de 2008

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Cada vez que, en cenizas,
Me vierto en un poema,
Entiendo un poco menos
Acerca de la vida,
Y mucho, mucho, más
Sobre el don de la muerte.
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domingo, 5 de octubre de 2008

El corazón de lo que existe



Se hace la noche sobre la ciudad;
Sobre ti ya hace mucho que persiste
Igual que una condena a muerte
Que no acaba de ser ejecutada.

Rodeado de los tuyos,
Intentas ocultar la soledad
Que te abarrota el alma
Y, con una sonrisa fingida entre los labios,
Devoras otra vez tu última cena.
Sin sentirte saciado de tu hambre,
Te niegas a los postres.

Piensas en ella y sientes la cabeza
A punto de estallarte.
------------------------------- Te disculpas
-“no me ha sentado nada bien la carne”-
y, con el gesto serio te marchas a la cama.

La luz anaranjada y mortecina
De una farola impertinente
Entra por la ventana con encono
Para impedirte el sueño.
En el fondo le estás agradecido;
Ya sabes del dolor de despertar
Sin que ella esté a tu lado,
Y prefieres, por tanto, el agrio insomnio
A un nuevo amanecer de desencanto.

Tu dolor de cabeza se acentúa
A la par de una angustia espesa y grave
Que hace que estimes que peligra tu cordura.
Ya –piensas- sólo puede calmarme la poesía”.

Tomas con ansias en tus manos
Un libro de Alejandra Pizarnik
Y, acongojado, lo abres al azar...
-- “no me entregues,
----------------tristísima medianoche,
-- al impuro mediodía blanco”
Las lágrimas entonces empapan tu almohada
Al tiempo que te va venciendo el sueño.

No se oye en tu ciudad cantar al gallo
Apagando esa luz anaranjada
Que, ácida, lame tus aciagas noches,
Mas no son necesarios augurios que lo anuncien:
Muy pronto el alba golpeará de nuevo.
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sábado, 4 de octubre de 2008

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Umbrales de unos ojos como pájaros
que ya sólo conocen las sombras de una jaula.

¿Acaso fue la luz en la caverna
cadalso de unas alas en su ocaso?

Lo cierto es que las lágrimas
hoy manan turbias sepultando el vuelo
del rostro agonizante de la aurora.


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viernes, 3 de octubre de 2008

Disección


Se asfixia contenida la semántica
Tragándose su lengua cercenada;
Sin aire en los pulmones, se muda en hipogeo
Plagado de palabras disecadas.

Solloza, destripada en el asfalto,
La flor de los jardines del lenguaje;
Repican las campanas del silencio
Acordes que enmudecen la luz de los altares.
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jueves, 2 de octubre de 2008

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Decirle sin palabras que el silencio
Es un dialecto que fragua agonías.
Mirarme en su mirada como miran
Los que ya sólo esperan que los salve la muerte.

Este amargo don indeseado



Esperando a que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta en el lugar en que se forma el silencio.

Alejandra Pizarnik.


Van y vienen
--------------------- exánimes las olas,
Cubriendo las orillas de algas muertas.
Yo canto a la marea que las trae
Colmándome de féretros la sangre,
Yo canto a la resaca en que se alejan
Mis huellas, desahuciadas de la arena.

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miércoles, 1 de octubre de 2008

Violencia



Colgado de la soga del desprecio
inerme se derrama
------------------------------ pudriendo la mandrágora.

Estación de penitencia (II)




¡Cuánto daría!
por contemplar de nuevo
tus cielos índigos.
Más la lluvia insistente
no cesa de empaparme.

Diosa(E.M.R)



Rendido al agrio légamo del llanto
-Las huellas, por la mar, hechas jirones-,
El tiempo se malogra detenido,
Al borde de un futuro que ruge como abismo:
Qué pútrida estridencia en el silencio.

Atrás nunca hubo nada, sólo sueños
(El hombre carga, herido,
El peso de la cruz de la vigilia).

Sus ojos, abatidos, se derraman,
Y el poso del pasado inexistente
Engendra un vasto mar de hambrientas fauces
Que arrasa los caminos de regreso
A un tiempo y un lugar nunca nacidos.

Llueve.
------------ La tarde es gris como ceniza.

Bajo las gotas,
----------------------- lúgubre
------------------------------------ y ajeno a la intemperie,
Camina ensimismado sumiéndose en los charcos,
Como estatua de sal,
--------------------------- calado hasta los huesos,
------------------------------------------------------------ se disuelve.

Su cuerpo es una sombra, reflejo de derrotas,
Que asciende, como el humo, fundiéndose a las nubes;
Arrecia el temporal con el ocaso:
La memoria es un yermo poblado de fantasmas.

Llueve hace siglos, llueve.
Naufragan las arenas rendidas al espanto
De ver pasar las aguas, entre ellas, escapando:
Qué inclemente es la sed que infunden los recuerdos
Que, muertos con el alma en carne viva,
Se instalan en la boca
----------------------------------- sazonados de olvido.
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