jueves, 11 de octubre de 2007

Otoño

Llega el otoño vestido con ocres
Y una lluvia azul calando mis huesos
Con finísimos haces como espadas.
Se hace la tarde gris, y la mañana
Como niños enfermos se ensombrece.
Veo como pasa la alondra, su nido
Vacío, el árbol desnudo alzando
Sus brazos a los cielos como garras,
Suplicando ser eterno; al viento
Sin mascara al son danzar de las hojas.
Se humedecen las calles de un rocío
Como mares terribles y voraces,
Y la bruma en la mañana devora
A la ciudad fantasma. El silencio
Se vuelve pesada losa de mármol
Con cada ocaso, y el sol se desangra
Más tristemente. Vestido el otoño
Llega en ocres, como cerrados párpados.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

LLega el otoño a instalarse en la entraña
ojos de lluvia, sonrisa de hoja caduca.

las nubes cubren todo su esplendor.
un abrazo

Anónimo dijo...

Así llegan tus versos, como fértil lluvia de Otoño.

Anónimo dijo...

Rafa, no he podido organizar la cervezada que teníamos pendiente para esta semana, así que esperaremos a tu regreso y nos tomamos ración doble. Buena suerte por ahí y ya nos contarás.
Un abrazote

Anónimo dijo...

Precioso. Y es que "El otoño siempre hiere" como decía Raúl Guerra, creo que pondré tb un post sobre él, :) Abrazo

Anónimo dijo...

El otoño nos hace recogernos.
Buen viaje, tienes que contarme todo.
Un beso enorme.

Anónimo dijo...

Precioso, rosaliano de Castro. Triana Center

Anónimo dijo...

!Y bienvenido sea!.
Tambien tu poema.
No podíamos ya soportar el calor de este verano.
Es una estación que me gusta mucho. Tengo árboles en mi patio, que me gusta verlos como se desnudan sus ramas, al tiempo que otros se pone con todo su esplendor (Flor de Pascua).
Un saludo