domingo, 7 de octubre de 2007

A Jorge Buendía, “matador”.

Leo con estupefacción su carta abierta de hoy mismo en el diario Odiel Información, dirigida a Paco Huelva, en la que presume de haber sido educado en el respeto, para, acto seguido, dedicarse a arremeter, minusvalorando, contra todos aquéllos que no piensan e incluso no visten como usted, a los que, de camino, califica de violentos. Queda claro que no aprovechó esas enseñanzas que dice le impartieron.


Después habla de problemas más importantes que la tortura y la muerte de un animal indefenso, para tratar de desviar la atención y de amordazar a los que no compartimos su afición macabra, en un acto que sólo podría ser calificado como de cobarde censura, de miedo a confrontar ideas. Y nos habla de violencias y, entre ellas, la doméstica. Y de su amor al toro. Sí, amor al toro, como la de esos maltratadotes que, tras años de tortura, terminan asesinando a su pareja “por amor” en el contexto de esa violencia doméstica que parece preocuparle tanto.


También echa mano de las “autoridades” para apoyar sus tesis. Yo sólo mencionaré a una, el gran Blas de Otero que dijo: “es como si España entera fuese una horrorosa plaza de toros”: pero éste, como hoy sería de los que ni vestirían ni pensarían como usted, no merecería su respeto.


Señor Buendía, matador –¡qué título tan escalofriante!-: yo también fui educado para el respeto, no por un clan de señoritos, sino por obreros, y lo primero que aprendí fue a respetar la vida, y que las tradiciones, cuando tienen poco de cultura y mucho de barbarie, sólo están para ser superadas, que, si no, todavía se estaría en las altiplanicies de Méjico sacando el corazón del pecho a los niños sobre los altares. Y dirá usted que es diferente, que en este caso sólo se trata de un animal… es una lástima que acerca de esto no nos pueda dar su opinión el toro. Nos ha dicho Manuel Vicent que “si el toreo es cultura, el canibalismo es gastronomía", señor Buendía.


Habla usted de las “oportunidades” que se otorgan al toro en la lidia de luchar por su vida y de la posibilidad que tiene de ser indultado… no trate usted de hacer de la excepción la regla para tratar de ocultar lo que no es más que un acto de barbarie en el que se tortura de manera infame hasta su muerte a un animal indefenso, en un espectáculo colmado de violencia y sadismo impropio de un ser humano. Por que la violencia, señor Buendía, para ser erradicada, no puede ser dividida a gusto de los intereses de cada cual, de modo que en unos casos sea considerada como un acto criminal horrible y en otros como arte y cultura. Porque de este modo nunca acabaremos con la violencia. ¡Va por usted, “matador”!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Rafa, yo creo que al tipejo este, el Buendia, le deben estar pitando los oidos, yo también le he dado un repaso en mi página. Ya lo decía mi abuelo, que me enseñó muchas cosas buenas, en este mundo hay más mamones que botellines de Cruzcampo.
Un abrazo antitaurino, indecente, con los pelos de colores y las argollas en los huevos.

Anónimo dijo...

Pongo mi granito de arena y me sumo a este repaso.
Por los toros, por Paco.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Sublime el artículo, sí señor. Tenía pensado hacer algo en mi blog sobre el tema, pero pondré un link al tuyo. Por cierto, Kaiman, un día de estos recopilaré las frases de los abuelos, y la del tuyo dará título al libro.

Anónimo dijo...

decía también -entre otras lindezas- el tal Buendía que a Paco Huelva no le venía bien su apellido, que bien podría llamarse Rovira o Laporta. Fijaos bien en el nivel cultural del matador. No pensó en su apellido cuando escribía, precisamente.

Islamaria (sin peineta ni ná)