—A ver, Laborucita, vas a llevar esta cesta con viandas varias a la abuelita.
—¿A cuánto el porte?
—Tres eurillos de vellón.
—Pero es que hay que atravesar el bosque tenebroso.
—Lentejas.
—¿Mande?
—Lentejas, niña, lentejas. Que o lo tomas o lo dejas. Que mira que te estoy haciendo un favor, porque no eres más que una jodida inmigrante sin papeles y es esto o el top manta. Además, nunca admitiremos conocerte. Que para eso contamos con el leñador. Se fue al paro y ahora curra para nosotros como falso autónomo y es a quien utilizamos para enjuagar los trabajitos que nos hacen los sin papeles como tú. Ah, de lo que ganes con cada porte, le tendrás que entregar en torno a un 30 por ciento. Por lo del enjuague.
—(Cago en la madre del topo.)
—¿Qué mascullas por lo bajini, niñata de mierda?
—Nada, nada, que gracias, muchas gracias por esta oportunidad única, señor explotador, digo emprendedor.
(Nunca fue tan jodido montar en Glovo.)
1 comentario:
Ja, Ja, lo pondría en las clases de Instituto de Secundaria para que los alumnos se familiaricen con los términos globalización y capitalismo. Muy acertado
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