domingo, 26 de mayo de 2019

Es la lucha de clases, estúpidos



Salvo honrosas o afortunadas excepciones, no hay más que dos tipos de emprendedores.


1. El hombre hecho a sí mismo explotando a sus trabajadores y cagándose en el medio ambiente. Alguno, no obstante, termina siendo aclamado por las masas por su (falso) patriotismo y sus gestos de caridad interesada que suelen ser confundidos con una inexistente filantropía.

(Y, por supuesto, si por el motivo que sea quieren donar, que donen. Pero deberíamos esforzarnos por alcanzar algún día a dejar de confundir con héroes a los villanos.)

2. El hombre deshecho a sí mismo autoexplotándose porque no tiene ni donde caerse muerto. Jamás hace donación alguna (bastante tiene con tratar de llegar a fin de mes) y suele ser tratado como los apestados al ser considerado un fracasado.

Nota: Donde dice hombre, entiéndase también mujer. Cosas de la economía del lenguaje.

1 comentario:

Carlos dijo...

Es verdad que del hombre corriente y sufrido nadie habla en los periodicos