Las Tablas de la Ley

A las chicas y chicos
de Vox, tan apostólicos,
romanos y católicos
por la Gracia de Dios, no les va mucho
cumplir con el octavo mandamiento.
Quizá por ello se hallan
dedicados en cuerpo
y alma, aunque desalmados,
a difundir falacias
con la abyecta intención
de alimentar el odio
contra aquellas y aquellos
que lo único que anhelan
es un mundo más justo
con iguales derechos
para todas y todos.
Las chicas y los chicos
de Vox, por tanto, olvidan
que se hayan obligados
a amar al otro igual
que se aman a si mismos,
y así también infringen
el cierre del decálogo
contenido en las Tablas
de la Ley que, a Moisés,
entregara, según
la leyenda, Dios Padre.
Y ante tales desmanes
de las chicas y chicos
de Vox uno no puede
dejar de preguntarse
cuántas de ellas y de ellos
habrán faltado al sexto
o al séptimo y por cuánto
tiempo continuarán
conteniendo sus ansias
de quebrantar el quinto.
Las chicas y los chicos
de Vox, en cualquier caso,
sí existiese ese Dios
vengativo y severo
que toman como ejemplo
únicamente cuando
hacerlo les conviene,
hace mucho estarían
ardiendo en el infierno.