No existen. Sólo existe,
latente en lo uno, agazapado, lo otro
—la herrumbre, la carcoma—,
tenazmente, aguardando
un descuido, el más nimio
instante de flaqueza
para rehacer la nada
—frente al espejo
dos menos uno es cero.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Dramática imagen de la soledad averiada y caducada
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