al romperse el paseíllo.
Los monos con su rastrillo,
la terna de seda y oro,
de negro el alguacilillo
como negros los seis toros.
Timbal y clarín sonoros,
el primero ya al anillo
y las palmas que echan humo.
Vaya público pardillo.
Yo que de entendío presumo
no aplaudo ni a Pepe Hillo
y a lo del humo me sumo
fumándome un cigarrillo.
…
(Un buen farias es lo suyo,
mas lo guardo en el bolsillo
pa’tirárselo yo al Vito
si quiebra en los garapullos)
Texto e ilustración: Agustín Casado
1 comentario:
Poema muy musical como si fueras Ignacio Sánchez Mejías, de quién tanto aprendió Federico.
Publicar un comentario