lunes, 18 de noviembre de 2013

El hombre preso en la red: tecleado segundo (Carlos Parejo)


La intensa actividad investigadora con tantos ordenadores y dispositivos móviles como tenía a su disposición, afectaba a la vista de Joaquim. Tras su primer año de actividad laboral, su visión parecía habérsele cansado y envejecido tres décadas.

Su médico oftalmólogo le diagnosticó que sus ojos habían estado sobre-expuestos a una gran cantidad de dañina luz azul en distancias cortas. Y se lo explicó así: Tu ojo humano, heredado de los tiempos prehistóricos en que éramos tribus de primates cazadores y recolectores, no está preparado para ver a distancia cercana durante tanto tiempo y mucho menos si se trata de vigilar constantemente dispositivos que emiten luz azul, como smartphones, tabletas y videoconsolas portátiles. Nuestra retina está preparada desde el origen de la especie humana para absorber mayoritariamente la luz de otros colores más naturales en la tierra como el rojo y el verde.

Inmediatamente, el médico le puso unas lentes de contacto especiales, que tenían cierta coloración amarillenta, para reducir la radiación dañina que venía recibiendo. Y le prescribió una inquietante temporada de descanso de máquinas informáticas de cualquier tipo.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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