sábado, 2 de noviembre de 2013

El espejo de la melancolía (LXXX)


De súbito cayó sobre mi espalda
el peso prematuro de los años
que no habían de llegar, eso tan grave
y cáustico y letal que sólo emana,
tedio y decrepitud,
como ácido cianhídrico, de la desesperanza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando subes a una cima te extasias con la panorámica del camino realizado, pues con la vejez igual. Nada negativo, todo positivo, que diría Van Gaal