Ciudadanos rebotados por tener que acudir una vez más a las urnas —cuando, sin duda, lo realmente preocupante sería no poder hacerlo—, han iniciado una serie de campañas de protesta tan inútiles como patéticas contra la clase política, al abrigo de ese falaz y estúpido mantra que reza que todos sus miembros y miembras son iguales. "Si no curras, no cobras", " Meteos vuestra propaganda electoral por el ojete hasta sangrar", "¡Voto a Bríos!", " Mi voto bota y rebota y entra en tu culo como una pelota", "Está vez os van a votar vuestros putos muertos" y un tan largo como pueril etcétera. Pues veréis, en mi más que molesta opinión, tales ciudadanos, si lo que quieren es no tener que acudir a los colegios electorales tan a menudo, lo que deberían hacer es dejarse de una vez por todas de mamarrachadas y pamplinas y votar a las candidaturas apoyadas por la Conferencia Episcopal, el IBEX 35, la CEOE y Bertín Osborne, ese inigualable macho man ibérico 5 carajotas. A la izquierda radical, no, que estos serían capaces de prohibir los toros y les vaques y hasta de hacer que se cumpla por fin la Constitución en eso tan tonto y buenista de proporcionar techo y trabajo digno para todos. Ya otro día os hablo del derecho al voto en las dictaduras. Y no, no mencionaré para nada a Cuba ni Venezuela. Eso lo dejo para los progres con pedigrí anarcocomunista que, no obstante, comulgan con los patrióticos postulados de Vox, estos fascistas que, para evitarnos la molestia de tener que ir a votar con tanta frecuencia, quieren, para empezar, eliminar el Estado de las autonomías.
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