lunes, 3 de junio de 2013

El ego desmesurado (Carlos Parejo)


¿Tratáis frecuentemente con alguien que tenga y se comporte con un ego desmesurado?. A ver si estáis de acuerdo conmigo.

Estas personas suelen llegar a comportarse con terceras personas con una envidia desmesurada, que los conduce directamente a un odio sin medida, al que no curan los años.

Su imagen es la de esa persona que se defiende atacando, desde la perspectiva de su propia razón. El otro no tiene razón, ni la información que maneja es veraz, y es además insidioso y lo está haciendo mal. Frente a éste, aquí está él para decirle cómo hay que hacerlo. Estas personas, en un momento de su exabrupto desenfundarán y te recordarán que son los únicos que lo hacen bien, y te dictarán lecciones públicas, aunque antes te habrán lanzado sus indirectas en privado.

Una tercera cualidad: Las personas con un ego desmesurado viven demasiado atentas a cualquier movimiento alrededor que se interprete como un ataque o como una amenaza. Y tienen la forma más tormentosa de defensa propia. Ahí no tienen límites. Descuidan el recuerdo, actúan sin tener en cuenta siquiera su propia historia, desdeñan también la historia ajena, de modo que desdeñan lo que hicieron (mal) y olvidan lo que recibieron del otro.

El ego desmesurado tiene una huella similar a la del colesterol: si no haces ejercicio, aumenta, y en este caso no se trata de hacer gimnasia física tan solo, se trata de oxigenar la mente para que en ésta entren miligramos de autocrítica.

(¢) Carlos Parejo Delgado

1 comentario:

No importa dijo...

Sí, conozco "individuos-as" así, son profundamente tóxicos y evito su contacto. Lo que ocurre es que me lleva un tiempo conocerlos y a veces,no consigo ver claramente que siempre están más interesados por ellos mismos que por los demás. Es más, les interesan los demás en tanto en cuanto les nutran, de alguna manera su ego, pero no les interesan sus personas. Es un tipo de contacto que hace daño, hay que ser fuerte y abandonarlo. Algunas veces es superdifícil lograrlo.