domingo, 23 de junio de 2013

Liquidación contable

Nunca supe estimar, hasta la fecha
-aunque dando por cierto que engrosaban tu haber-,
el saldo que arrojaban
nuestras cuentas pendientes.
Hoy perdono tus deudas.
Hasta siempre.

2 comentarios:

rosa_desastre dijo...

Abriste la cajita de latón donde se guardan las querencias y las facturas... ¿acaso esperan turno en la hoguera de esta noche?
besos

Anónimo dijo...

Si las deudas pendientes de amor y querencias se cobraran, todos nos arruinábamos. Bueno, los santos quizás no...