jueves, 13 de junio de 2013

Gerontanasia

"Mi resistencia choca contra un silencio higiénico.
Hay excesiva luz y una jeringa llena."

Raquel Lanseros

I

Habrá que exterminar a los ancianos.
Suponen una rémora, un problema
para el sostenimiento del sistema.
(Sólo hemos de salvar de los gusanos

a los de nuestra casta, a los cercanos
a nuestra ideología, esa postrema
doctrina de los dioses que, suprema,
nos da rango de seres sobrehumanos.)

Podríamos vedarles las pensiones
para que pereciesen de hambre y frío,
ahorrando de este modo en inyecciones

letales. Mas del hambre desconfío;
antaño desató revoluciones,
mudando al pueblo en animal bravío.

II

Por tanto, lo mejor será arrastrarlos,
sumisos y engañados, por decreto
a algún lugar ignoto y, en secreto
y con silencio higiénico, matarlos

y, para eliminar pruebas, quemarlos
sin dejar ni un vestigio de esqueleto.
No serán traba el hijo, el nieto inquieto;
diremos que acordamos instalarlos

en lugar feliz como agasajo
por toda una existencia de trabajo
en pro del desarrollo nacional.

Agradecidos y ebrios por la euforia,
pronto habrán de olvidarlos; la memoria
es frágil como copa de cristal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y pensar que en las civilizaciones clásicas y primitivas los consejos de ancianos eran los que gobernaban tribus indias y ciudades griegas...