La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
La ausente
Dieta mediterránea
CUANDO abrió la ventana –no sin cierta premura, pues ya había cantado en un par de ocasiones el gallo-, se dio de bruces con una tupida barrera de ristras de ajo. Bien –se dijo-, nunca es tarde para adoptar buenos hábitos alimentarios. Y, tras desayunar como antes nunca, se alejó hacía las sombras, satisfecho, guiándose del eco de sus gritos ultrasónicos.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Iteración
El deseo
daría lo que fuera
porque tú me abrazases
casi a traición inesperadamente
con esa suavidad que sólo sueñan
las hojas desgajadas de su rama
en una tarde calma del otoño
daría lo que fuera todo todo
por un instante mágico de sapos
abrazos y princesas
de brujas sin malicia
cuervos blancos
alfombras voladoras ligeras como el viento
preludio de ese genio que concede
saliendo de la lámpara un deseo
que no haya sido un cuento
que no haya sido un sueño
martes, 28 de diciembre de 2010
Singladura
si sigue desvelándome el periplo
que lleva hasta su mar llena la luna
cualquier noche escapando de estos páramos
iré a apagar mi sed entre su espuma
a alzarme en surtidor copioso y denso
bañando su convulsa arquitectura
a hacerme de sus olas ya jinete
ya en desbocada lid cabalgadura
espasmo enardecido en sus mareas
de su bramido extática columna
orilla ansiando el golpe de sus aguas
pez trémulo sin tregua en su cintura
buceando desmedido sin aliento
y agónico en su estela en su angostura
Ulises desatándose del mástil
por ser sal de su sal la quilla impúdica
que atada a sus abismos se hunda emerja
penetre se hunda a fondo emerja se hunda
sedosa y trepidante a un tiempo emerja
penetre se hunda a fondo emerja se hunda
hasta estallar ahogados al unísono
al borde de la muerte y la locura
Fotografía: Angela Menéndez.
lunes, 27 de diciembre de 2010
Paredón
domingo, 26 de diciembre de 2010
Jordán
tan grande es ya la herida que no cabe
la sangre en el poema
. . . . . . . . . . . . . . . . . . su ancho río
sin cauce engendra un mar negro y bravío
rompiendo sin piedad sobre la nave
de la esperanza exangüe
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . qué mal sabe
en la afasia esta sal qué escalofrío
de agónicos anhelos que sin brío
se sienten ya naufragio
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . no hay más grave
zozobra que en su espanto el verbo ahogado
sentir que la palabra -ayer cauterio
frenando la hemorragia- muda en serio
silencio en grieta el grito
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . que apocado
el llanto se abandona al denso abismo
biliar y deletéreo del mutismo
sábado, 25 de diciembre de 2010
Apología
viernes, 24 de diciembre de 2010
Crisma
LLEGA la Navidad, periodo que dicen de encuentro, y un estruendo hecho cisma me conmueve: un eco de fusiles y metralla royendo el esqueleto a la esperanza. Pese a no haber tenido nunca fe, y aun sabiendo que no serviría de nada, hoy, tan sólo por no permanecer cruzado de brazos, quisiera poder, saber rezar. Pero ya se me olvidaron las plegarias. Noche de paz, noche de amor, la estrella que contemplo queda lejos y es pintada, y sólo tras caer lo son los ángeles. Llega la Navidad: gloria a ¿dios? en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena y mala voluntad; Belén solloza ahogada por la sangre de un mundo que es un campo de batalla.
jueves, 23 de diciembre de 2010
Alegoría (el óxido y la espada)
JAMÁS un enemigo le infligió tanto espanto. Jamás había huido pavorido hasta entonces. Pero todo jinete desbocado, termina detenido en su galope. Ya entre la sombra y la pared, desenvainó su espada, la blandió con destreza, con arrojo, asestó golpes certeros. Mas cerraban al instante las heridas de las sombras, cegándolo, envolviéndolo, asfixiandolo. Al fin, a punto de doblar ya las rodillas, creyó hallar por su empeño el asidero que habría de llevarlo a la victoria. Y dio con fe de nuevo un paso al frente. Después la náusea, el vértigo, la angustia que acompaña en la caída. Y se le hizo la noche. Y fue noche en la noche para siempre.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Réplica
a Evacuando tú no me ves
mastico los cristales
de una estrella sin sueños
cuando tú no me ves
me hielo en las penumbras
de un abrazo sin cuerpo
cuando tú no me ves
lamo la hosca cicuta
de tu acerbo silencio
cuando tú no me ves
me atraganto de ausencias
desde mi hondo destierro
cuando te puedo ver
sin palabras ni crédito
apocado lo niego
(cuando TÚ no me ves
-como un cuchillo
SIEMPRE-
yo en mi herida te llevo)
El amor y la noche
“Para que supieras”
Idea Vilariño
CUANDO, en mitad de la noche, despertó, ella estaba a su lado.
-¿Qué haces aquí?, ¿por dónde entraste? –le dijo, más feliz que sorprendido, por un hecho tan insólito como inesperado.
-No deberías mostrarte tan exultante, no soy quien te imaginas.
-¿Entonces? –dijo, incrédulo, amén de un tanto aturdido.
-Mi nombre es Mortis Causa, y he venido para llevarte conmigo al imperio de las sombras –le respondió, sumamente grave, la enviada de la Muerte.
-No importa; también hueles a flores. Y agradezco que al fin, cuando ya no te esperaba, hayas decidido venir a hacerme compañía. Buenas noches, Violeta –le dijo, en tanto, con una ternura desmedida y una sonrisa en los ojos, la abrazaba antes de quedarse dormido para siempre.
-¿Qué haces aquí?, ¿por dónde entraste? –le dijo, más feliz que sorprendido, por un hecho tan insólito como inesperado.
-No deberías mostrarte tan exultante, no soy quien te imaginas.
-¿Entonces? –dijo, incrédulo, amén de un tanto aturdido.
-Mi nombre es Mortis Causa, y he venido para llevarte conmigo al imperio de las sombras –le respondió, sumamente grave, la enviada de la Muerte.
-No importa; también hueles a flores. Y agradezco que al fin, cuando ya no te esperaba, hayas decidido venir a hacerme compañía. Buenas noches, Violeta –le dijo, en tanto, con una ternura desmedida y una sonrisa en los ojos, la abrazaba antes de quedarse dormido para siempre.
martes, 21 de diciembre de 2010
Carta a una desconocida
querida en este abismo
sin efugio ni límites
al que me has desterrado
y donde hace ya tanto
que no te reconozco
no me otorga un instante
de tregua tu recuerdo
y no es tanto el espectro
de tu falta en mi sangre
la razón desmedida
que devasta mi calma
mucho más que la ausencia
que saber que aquel tiempo
que expirase naciendo
se perdió para siempre
me amilana me duele
tener que en este punto
sin retorno asumir
que en la paz que imagino
sólo hallaré en las sombras
no tendré otra ocasión
de encontrarte y con suerte
no perderte del todo
desde un lugar sin nombre
donde ya el calendario
y el camino de vuelta
se eclipsaron de otoños
se despide sin más
este desconocido
que en la desesperanza
y a pesar de tu olvido
no te olvida y te quiere
La mujer descorazonada
EN el fondo de aquel papel en blanco, caleidoscopio de sombras, junto a un generoso corazón sin mácula, residían sus recuerdos, los cielos nunca hollados, los horizontes rotos, sus desconcertados sentimientos. Noche a noche -lo hacía por los minúsculos poros de aquella piel de nívea oscuridad y celulosa que recubría su alma-, los iba sacando a la superficie en forma de palabras, con la sola intención de aliviar la creciente presión que, voraz como un cáncer, le iba robando el hálito, las ganas de vivir, sus cada vez más apocadas esperanzas. Pero cuánta belleza en sus letras.
Y aquella noche no pudo más; fue tan grande la presión lacerando su entraña, que decidió pintar sobre el papel una gran boca abarrotada de náuseas. Y, a descomunales arcadas, vomitó océanos de una bilis negra y pegajosa que terminó arrastrando tras de sí su corazón cansado.
Y aquella noche no pudo más; fue tan grande la presión lacerando su entraña, que decidió pintar sobre el papel una gran boca abarrotada de náuseas. Y, a descomunales arcadas, vomitó océanos de una bilis negra y pegajosa que terminó arrastrando tras de sí su corazón cansado.
lunes, 20 de diciembre de 2010
Fiel reflejo
La tercera vía
(o de los tiempos que se avecinan)
TRAS enumerar la prolija lista de cargos que pesaban en su contra, con medida vehemencia la jueza le inquirió:
-¿Cómo se declara el acusado, inocente o culpable?
-Hambriento, señora, hambriento.
-¿Cómo se declara el acusado, inocente o culpable?
-Hambriento, señora, hambriento.
(Dedicado a todos los sesudos políticos que, al servicio exclusivo del capital, rigen nuestros destinos desde la Comisión y el Parlamento europeos, Congreso y Senado, Gobierno de España, Parlamentos y Gobiernos Autonómicos, Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos).
domingo, 19 de diciembre de 2010
El hombre descorazonado
ÉRASE una vez un hombre que no se llevaba nada bien con su corazón. El caso es que, sin ninguna patología aparente que pudiese explicarlo, aquel corazón grande y limpio le dolía; insoportablemente, sin dar tregua. Y una mañana clara del mes de abril, ya cansado del dolor de sus latidos, con sus manos fuertes, pero tan ungidas de ternura, se lo arrancó. Sorprendido por seguir sintiendo el aroma de las flores y el poniente mesando sus cabellos, el hombre recordó como a aquel corazón lo había abandonado el alma una lluviosa y fría noche de finales de un muy lejano ya diciembre, y como, pese a seguir latiendo, había estado muerto desde entonces.
Pero el corazón, que aún palpitaba en sus manos, le seguía doliendo, y el hombre, pensando que quizá sólo así podría procurarse el sosiego que tanto anhelaba, lo enterró en el rincón más apartado del jardín de aquella mujer que carecía de nombre, desde que, bajo aquel pertinaz aguacero, su canto se uniese al silencio. Y allí se sentó a esperar, tal y como lo venía haciendo desde el día de su muerte, sin corazón, sin esperanzas.
Al caer la noche, como sintió frío, para tratar de guarecerse de su intemperie interior, el hombre, escarbando con las uñas, agrandó la sepultura en la que yacía su corazón sin alma, y, tras cubrirse de tierra, se fue quedando dormido. Para siempre quizás, sin latidos.
Unos años después, sobre la tumba ignota, floreció el clavel rojo más hermoso y con el más dulce y penetrante aroma que nunca hubiese dado primavera alguna. Tal era su fragancia, que aquella mujer, al sentirla, mudada en mariposa celeste, ascendió desde el profundo abismo de su mutismo voluntario y comenzó a cantar y a pintar el aire en torno a la flor con su vuelo. Y, entonces, el clavel, recodando su nombre, deseó poseer unas manos fuertes y ungidas de ternura para poder arrancarse a aquel hombre descorazonado que, doliéndole, palpitante, acababa de despertar en su interior.
Pero el corazón, que aún palpitaba en sus manos, le seguía doliendo, y el hombre, pensando que quizá sólo así podría procurarse el sosiego que tanto anhelaba, lo enterró en el rincón más apartado del jardín de aquella mujer que carecía de nombre, desde que, bajo aquel pertinaz aguacero, su canto se uniese al silencio. Y allí se sentó a esperar, tal y como lo venía haciendo desde el día de su muerte, sin corazón, sin esperanzas.
Al caer la noche, como sintió frío, para tratar de guarecerse de su intemperie interior, el hombre, escarbando con las uñas, agrandó la sepultura en la que yacía su corazón sin alma, y, tras cubrirse de tierra, se fue quedando dormido. Para siempre quizás, sin latidos.
Unos años después, sobre la tumba ignota, floreció el clavel rojo más hermoso y con el más dulce y penetrante aroma que nunca hubiese dado primavera alguna. Tal era su fragancia, que aquella mujer, al sentirla, mudada en mariposa celeste, ascendió desde el profundo abismo de su mutismo voluntario y comenzó a cantar y a pintar el aire en torno a la flor con su vuelo. Y, entonces, el clavel, recodando su nombre, deseó poseer unas manos fuertes y ungidas de ternura para poder arrancarse a aquel hombre descorazonado que, doliéndole, palpitante, acababa de despertar en su interior.
Ciudad desperezándose
gruñe
ronco un motor barrita un claxon
neumáticos chirriantes
un frenazo
¡A VER SI PRESTA USTED MÁS ATENCIÓN
A LA ORDEN LUMINOSA DEL SEMÁFORO!
la luz parpadeante del neón
del lupanar de moda destilando
estruendo y desazón por cada poro
un coche haciendo un trompo una ambulancia
aullando enloquecida hacia la nada
hoy pican algo más que de costumbre
los ojos la nariz y la garganta
-comenta una señora al camarero
que acaba de servirle un aguardiente
sumida en un estrépito espantoso
de jóvenes noctámbulos
café solo y tostada-
y luego está señora
perdone si le grito
este áspero sabor como a castañas
se les iría la mano
seguro es el sulfúrico
¡MARCHANDO DOS CON LECHE!
entretanto en la calle
una alarma
quizá en la joyería
tras un golpe brutal de luna rota
eleva su lamento a las alturas
y anuncia en poco tiempo la estridencia
de sirenas curiosos y disparos
millares de motores al unísono
despiertan y vomitan trepidantes
el asfalto
qué hiriente la hosca
luz
de los escaparates
neumáticos alarmas el sulfúrico
frenazos ¡DOS CON LECHE! los semáforos
brutal saturación de los sentidos
que impide que escuchemos
aunque oigamos
el trino fabuloso de los pájaros
sábado, 18 de diciembre de 2010
Fin de fiesta
cuando dejé la fiesta
aquella hostil mazmorra
de luz frente a mis sombras
cuando pude escapar
del imán que mi anhelo
polariza y repele
al marcharme humillado
por no haber conseguido
acopiar el valor
ni la fe suficientes
para al fin merecer
un instante de dicha
compartida contigo
no lo pude evitar
ebrio de soledad
pensé y sigo pensando
que perdidos los mapas
de la fe en el encuentro
no queda entre nosotros
ya ni una despedida
y lo malo
no es eso
lo malo es que ahora sé
que todo es por mi culpa
y cuánto y con qué encono
me duele esta certeza
Ilustración: Decalcomanía, de René Magritte
viernes, 17 de diciembre de 2010
Mi felicitación navideña
(o de lo que el Rey de España, por no ir más lejos, jamás dirá en su discurso de Navidad)
HASTIADO ya de tantas felicitaciones hueras, empalagosas e hipócritas como lo son la mayoría de las que a granel y al por mayor se envían por estas fechas, este año os quiero felicitar de un modo diferente, sin falsedades, de corazón y, por tanto, con toda la crudeza, no exenta de ternura y buenos deseos, que un mínimo respeto a la realidad, como sinónimo imperfecto de la verdad, requiere.
Para ello os pediría que, en primer lugar, escuchaseis esto (*). Pero antes de que lo hagáis debo advertiros de que no se trata de un melodioso villancico de angelicales y dulces pastores o de pececillos de colores brillantes que beben y beben plácidamente en un sereno río.
No. Se trata de un grito desgarrado, casi agónico, suplicando auxilio; de una estridente sucesión de mazazos más amargos que el más amargo fado que pudierais llegar a imaginaros nunca.
Aun así, escuchadlo.
Pero con el volumen al máximo, ¡CARAJO!; los oídos bien abiertos; el corazón atento. Porque la realidad, la cruda y espantosa realidad, también en estas fechas que dicen de amor y de paz, es esto.
Para ello os pediría que, en primer lugar, escuchaseis esto (*). Pero antes de que lo hagáis debo advertiros de que no se trata de un melodioso villancico de angelicales y dulces pastores o de pececillos de colores brillantes que beben y beben plácidamente en un sereno río.
No. Se trata de un grito desgarrado, casi agónico, suplicando auxilio; de una estridente sucesión de mazazos más amargos que el más amargo fado que pudierais llegar a imaginaros nunca.
Aun así, escuchadlo.
Pero con el volumen al máximo, ¡CARAJO!; los oídos bien abiertos; el corazón atento. Porque la realidad, la cruda y espantosa realidad, también en estas fechas que dicen de amor y de paz, es esto.
(*)
Escuchadlo y, después, decidme.
Decidme si no deberían ya estar y pasar muchos años entre rejas los criminales de cuello blanco y esos otros yomelavolasasquerosasmanos que desde los ámbitos de la economía especulativa y el genuflexo y pusilánime seguidismo político están dando lugar a tantas y tantas situaciones como o aun mucho peores que esta que acabáis de conocer.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Decidme si podemos y debemos otorgar crédito alguno a tantos y tantos parásitos nauseabundos de las moquetas oficiales cuando se afanan una vez tras otra en diseñar vergonzosas e impúdicas cortinas de humo -como la urdida en torno al tan turbio y manipulado asunto de los controladores aéreos-, con el único objetivo de, ocultando bajo las alfombras de los tabernáculos políticos el bochornoso producto de sus desmanes, tratar de lavar su imagen repugnante en un intento tan burdo como efectivo por recuperar parte de la credibilidad perdida y por que el pueblo más o menos acomodado, ese que puede pagarse unas vacaciones, ese que sí va a las urnas, ese que, aun precarios, conserva todavía ciertos atributos de pueblo, les otorgue la condición de héroes abnegados y sufridos cuando no son más que unos falaces y patéticos salvapatrias de mierda.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Tratad de decirme cuáles son los motivos de que para ellos no formen también parte del pueblo esos millones y millones de marginados, mangoneados y empobrecidos que en este país, como en el resto del mundo, han ido siendo abocados a la miseria a causa de la irresponsabilidad, la felonía y la soberbia de sus mandatarios.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Decidme qué valor puede tener una huelga general pactada de antemano, qué valor manifestarnos y manifestarnos y volver a manifestarnos como absurdos peces que beben y beben y beben en el río, si no somos capaces de ir más allá; si a todos esos hijos de la gran puñeta, tan a gusto y calentitos como están en sus poltronas bien protegidos por aquellos que en lugar de a ellos deberían proteger al pueblo de sus venenosas conspiraciones, se las trae al fresco que salgamos a la calle en las fechas y las horas señaladas como un vulgar rebaño que no sabe se encamina al matadero.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Decidme si no es momento ya de que todos, todos los trabajadores, todos los ciudadanos, los que aún lo somos y aquellos que, marginados, han dejado de serlo, comencemos a acudir a cada lugar, a cada acto a los que vayan a pavonearse todos esos vándalos sin escrúpulos con sus hipócritas sonrisas profident y sus coches oficiales, para tratar de hacerles la vida mucho menos placentera; para gritarles ya basta, que no estamos dispuestos a seguir creyendo ni por un minuto más en ellos; para decirles lo que son, pura inmundicia; que estamos hasta nuestras partes más pudendas de sus sucios e interesados tejemanejes; que tanto y tanto y tanto acumular pólvora y más pólvora puede terminar provocando una espantosa explosión de la que sólo ellos serán los responsables; para hacerles ver que podemos llegar a ser la más larga, permanente y peor de sus pesadillas. Es posible. Aquí en Andalucía hay ya trabajadores, los trabajadores del sector público, que en defensa de sus intereses y de los del conjunto de los ciudadanos no dejan de demostrárnoslo día a día con su ejemplo. Como ya lo demostraron muchos otros a lo largo y ancho de la historia de las luchas ciudadana y obrera.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Y decidme -sí, ahora me dirijo en particular a vosotros, a los políticos que aún creéis que la política ha de ser un instrumento al servicio del pueblo y no al de sucios intereses espurios-, vosotros decidme si no es ya hora, sin renunciar del todo al mismo, de dejar en un segundo plano tanto ridículo pasteleo legislativo e institucional cuyo principal objetivo no es otro que dar un leve barniz de falsa legalidad democrática a la cada día más férrea dictadura plutocrática y nepotista que nos cautiva. Si no es también ya hora de que, como elemento esencial y prioritario de vuestro quehacer político, os bajéis de una vez por todas a las calles para estar con el pueblo codo con codo en la lucha que pueda encaminarnos con paso firme hacia la excelsa utopía de la igualdad, la libertad, la paz y una permanente cooperación fraternal; hacia esa utopía en la que la felicidad de los pocos no se fragüe sobre las desgracias de los muchos, sobre el dolor y la sangre de los nadie, esos que Eduardo Galeano nos dice no llegan apenas a costar lo que la bala que los mata. Esos que, ahora añado yo, no llegan a costar lo que el papel en el que se dictan contra ellos órdenes de desahucio o comunicaciones de despido que, poco a poco, los van desapareciendo.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Escuchadlo. Escuchadlo con los oídos bien atentos y el corazón abierto y, después, decidme.
Gracias. De todo corazón, con mi más sincero cariño, os deseo
Decidme si no deberían ya estar y pasar muchos años entre rejas los criminales de cuello blanco y esos otros yomelavolasasquerosasmanos que desde los ámbitos de la economía especulativa y el genuflexo y pusilánime seguidismo político están dando lugar a tantas y tantas situaciones como o aun mucho peores que esta que acabáis de conocer.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Decidme si podemos y debemos otorgar crédito alguno a tantos y tantos parásitos nauseabundos de las moquetas oficiales cuando se afanan una vez tras otra en diseñar vergonzosas e impúdicas cortinas de humo -como la urdida en torno al tan turbio y manipulado asunto de los controladores aéreos-, con el único objetivo de, ocultando bajo las alfombras de los tabernáculos políticos el bochornoso producto de sus desmanes, tratar de lavar su imagen repugnante en un intento tan burdo como efectivo por recuperar parte de la credibilidad perdida y por que el pueblo más o menos acomodado, ese que puede pagarse unas vacaciones, ese que sí va a las urnas, ese que, aun precarios, conserva todavía ciertos atributos de pueblo, les otorgue la condición de héroes abnegados y sufridos cuando no son más que unos falaces y patéticos salvapatrias de mierda.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Tratad de decirme cuáles son los motivos de que para ellos no formen también parte del pueblo esos millones y millones de marginados, mangoneados y empobrecidos que en este país, como en el resto del mundo, han ido siendo abocados a la miseria a causa de la irresponsabilidad, la felonía y la soberbia de sus mandatarios.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Decidme qué valor puede tener una huelga general pactada de antemano, qué valor manifestarnos y manifestarnos y volver a manifestarnos como absurdos peces que beben y beben y beben en el río, si no somos capaces de ir más allá; si a todos esos hijos de la gran puñeta, tan a gusto y calentitos como están en sus poltronas bien protegidos por aquellos que en lugar de a ellos deberían proteger al pueblo de sus venenosas conspiraciones, se las trae al fresco que salgamos a la calle en las fechas y las horas señaladas como un vulgar rebaño que no sabe se encamina al matadero.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Decidme si no es momento ya de que todos, todos los trabajadores, todos los ciudadanos, los que aún lo somos y aquellos que, marginados, han dejado de serlo, comencemos a acudir a cada lugar, a cada acto a los que vayan a pavonearse todos esos vándalos sin escrúpulos con sus hipócritas sonrisas profident y sus coches oficiales, para tratar de hacerles la vida mucho menos placentera; para gritarles ya basta, que no estamos dispuestos a seguir creyendo ni por un minuto más en ellos; para decirles lo que son, pura inmundicia; que estamos hasta nuestras partes más pudendas de sus sucios e interesados tejemanejes; que tanto y tanto y tanto acumular pólvora y más pólvora puede terminar provocando una espantosa explosión de la que sólo ellos serán los responsables; para hacerles ver que podemos llegar a ser la más larga, permanente y peor de sus pesadillas. Es posible. Aquí en Andalucía hay ya trabajadores, los trabajadores del sector público, que en defensa de sus intereses y de los del conjunto de los ciudadanos no dejan de demostrárnoslo día a día con su ejemplo. Como ya lo demostraron muchos otros a lo largo y ancho de la historia de las luchas ciudadana y obrera.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Y decidme -sí, ahora me dirijo en particular a vosotros, a los políticos que aún creéis que la política ha de ser un instrumento al servicio del pueblo y no al de sucios intereses espurios-, vosotros decidme si no es ya hora, sin renunciar del todo al mismo, de dejar en un segundo plano tanto ridículo pasteleo legislativo e institucional cuyo principal objetivo no es otro que dar un leve barniz de falsa legalidad democrática a la cada día más férrea dictadura plutocrática y nepotista que nos cautiva. Si no es también ya hora de que, como elemento esencial y prioritario de vuestro quehacer político, os bajéis de una vez por todas a las calles para estar con el pueblo codo con codo en la lucha que pueda encaminarnos con paso firme hacia la excelsa utopía de la igualdad, la libertad, la paz y una permanente cooperación fraternal; hacia esa utopía en la que la felicidad de los pocos no se fragüe sobre las desgracias de los muchos, sobre el dolor y la sangre de los nadie, esos que Eduardo Galeano nos dice no llegan apenas a costar lo que la bala que los mata. Esos que, ahora añado yo, no llegan a costar lo que el papel en el que se dictan contra ellos órdenes de desahucio o comunicaciones de despido que, poco a poco, los van desapareciendo.
(FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO).
Escuchadlo. Escuchadlo con los oídos bien atentos y el corazón abierto y, después, decidme.
Gracias. De todo corazón, con mi más sincero cariño, os deseo
UNA FELIZ NAVIDAD Y UN MUY PRÓSPERO AÑO 2011
así como que -¡el mercado y sus títeres así lo quieran!- ni a lo largo del mismo ni durante todo el resto de vuestras vidas lleguéis jamás a entrar a formar parte de los marginados, los desposeídos, los ignorados, de esos que, desgarrados y sin esperanza, ya sólo pueden aferrarse a un quizá último grito ahogado e inerme: “...coño, que yo no tengo ni que comer; qué voy a hacer, a vivir bajo un puente; toda la vida trabajando, 30 años ahí cotizados o más, y, ahora, de qué vivo, de qué vivo, de qué, de qué vivo”.
Vuestro amigo, que os felicita así porque os quiere,
R.
Vuestro amigo, que os felicita así porque os quiere,
R.
jueves, 16 de diciembre de 2010
Alta inmersión
"Entre una imagen tuya
y otra imagen de ti
el mundo queda detenido."
Chantal Maillard
desde la última vez que pude verte
el légamo adherido a mis anhelos
–esa melancolía pegajosa
que me ancla al hondo abismo de lo estático-
ha crecido llegando hasta la borda
del trémulo velero de mi espera
y eléctrico amenaza
ahogarlo de distancias
y aquí sigo en mi afán
con la piel del velamen calcinada
a la espera de que en su hálito celeste
me acoja nuevamente tu mirada
haciéndome ascender dando a mis remos
la fuerza el movimiento que ya sólo
concibo aun ilusorio en su horizonte
pero ajena a la sal de mis naufragios
qué exiguo tiempo me concedes son
tan tenues y espaciados los paréntesis
que siempre inesperados y escabrosos
me otorgas a tu lado
que el ansia por tratar de eternizarlos
como un cliché endulzando mi memoria
en eras de zozobra por tu falta
me impide en su galerna izar las velas
como alas de gaviota migratoria
que orienta aunque no exista
ya en cenizas
su rumbo hacia el edén de la esperanza
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Extremaunción
El ángel y el sexo
Y a aquel ángel, feraz e inesperado, le comenzó a nacer un sexo, un sexo indistinto, nadie, ni aun el más prestigioso de los sexólogos, hubiese podido afirmar con rotundidad que se tratase de un sexo masculino o femenino, pero sin duda era un sexo. Lo supo porque siempre que el viento descansaba en el lugar de aquel prodigio se sentía vivo; y el ángel, hasta entonces, nunca había sabido lo que era sentirse vivo. Y tuvo miedo –ser poseedor de un sexo propio, como mayor pecado contemplado por la jurisprudencia celeste, era castigado con la castración. Y se arrancó las alas y descendió hasta el mundo para tratar de ocultarse entre los hombres, de ser un hombre más entre los hombres. Y como, pese a haber perdido su inmortalidad, no era suficiente para pasar desapercibido, se dedicó a hacer el mal, y se murió de pena sin haber llegado a disfrutar del sexo en compañía.
martes, 14 de diciembre de 2010
Las consecuencias del frío
sé bien que no te importo
que sólo te intereso cuando has de utilizarme
y que una vez usado
terminas por tirarme indiferente
como a un vulgar pañuelo
de papel
que no da para más a la basura
pero mi alma es de seda
y la lavo
la tiendo al sol -no importa
cuál sea la estación
verano otoño invierno primavera
o aquella a la que ya no llegan trenes-
a la espera tan sólo
de que otra vez de nuevo te acatarres
y vengas a buscarla al tendedero
llenándome de dicha en ese instante
previo a que la deseches
cuando en su ajada piel limpias tus mocos
Iª Noche del relato breve e hiper-breve de la Tertulia Ánima
El próximo miércoles, 15 de diciembre, a las 9 de la noche en la Galería Taberna Ánima (Galería-Taberna Ánima, en C/Miguel Cid, 80. Barrio de San Lorenzo, Sevilla) celebraremos la Primera Noche del relato breve e hiper-breve de la Tertulia Ánima.
Contamos para la ocasión con las cuentistas (je, je):
Rosa María García Barja (Sevilla)
Elena Marqués Núñez (Sevilla)
Tras su intervención, los asistentes podrán leer, si así lo desean, textos tanto propios como ajenos.
Estáis invitados. Os esperamos.
En el vídeo: El cuento "Casa Tomada" de Julio Cortazar,
narrado por el escritor argentino Alberto Laiseca.
lunes, 13 de diciembre de 2010
Petenera
El espejo mágico
DICEN que la Historia y sus historias se repiten. Aunque siempre, de un modo u otro, hay aspectos, tal vez anomalías inherentes al devenir entrópico de espacio y tiempo, que las hacen diferentes.
Y esta vez se lo arrancó. El reciente incendio lo había devastado de tal forma, que no quedaba en el bosque ni un solo animal vivo con el que urdir el virtuoso engaño. Y allí, sobre el hollín, quedó el pálido cuerpo de la doncella, hermosa como antes nunca por el intenso contraste de su piel nívea con la sangre que adornaba su pecho y el túmulo de cenizas sobre el que yacía ya sin hálito. Alertada por el pusilánime delator de azogue a su servicio, no tardó mucho la malvada reina hechicera en acudir al lugar donde, al contemplar la belleza sin par de su hijastra sin vida, no pudo contener los celos y, tal y como le ocurría siempre que se veía contrariada, se sintió de inmediato anegada por una gula desmedida. Y engulló con tamaña avidez aquel trozo de manzana envenenada, que no pudo más que atragantársele. Y así, en apenas un minuto terminó expirando, quién sabe si más por envidia que asfixiada; que aquella arpía tenía fama de poseer unas tragaderas bien anchas. Nunca, pues, se llegó a saber por aquellos pagos del trabajo abnegado de los siete enanitos del ahora desertizado bosque. Lo que sí corrió de boca en boca durante mucho tiempo fue un rumor, por otra parte nunca contrastado, que apuntaba a que el cazador, arrepentido de su crimen cobarde y execrable, se había retirado para siempre a un lugar ignoto y deshabitado con la intención de tratar de purgar su pecado mediante una práctica ininterrumpida y severa del ascetismo así como de la meditación eremítica.
domingo, 12 de diciembre de 2010
El último viaje de Gulliver
NO sé cómo ocurrió, no me lo explico. El caso es que esta mañana, al despertar, en lugar de en la cama, ya estaba aquí, tumbado cara a las sobras del eclipse y atado al miedo en mitad de este yermo sin confines. Y lo peor de todo es este inconmensurable ejército de hormigas que con creciente hostilidad me asedia. Desconozco sus intenciones, pero comienzo a temer que hayan venido hasta aquí movidas por el ávido deseo de despedazar y deglutir los despojos putrefactos de mis sueños; me siento como Gulliver en el país de las pesadillas. Hace ya rato pensé que, en esta lamentable y más que ridícula situación, sólo Alicia podría socorrerme. Y la llamé a gritos. Pero un conejo blanco que pasó junto a mí a la carrera, me informó de que, sedienta, había comido tal cantidad de panecillos blancos que terminó por desaparecer para siempre. No llegué a comprender del todo lo que había querido decirme -siempre se me atragantaron las metáforas-, pero lo sentí por Alicia. Ya sólo me queda esperar a que caiga la noche.
sábado, 11 de diciembre de 2010
Longevidad
Desdobla-miento
-Y, ahora, hecho ya todo, tras tanto no haber hecho nunca nada, qué puñetas hacemos -preguntó.
-Podemos ir al cine. O a un acto religioso, si así usted lo prefiere.
-¡LITURGIAS, QUÉ EUFEMISMO! ¿Pretende, caballero, sedurcine?
-Ya sabe, hermosa dama, que jamás mantuve entre mis medos el crilagro; le ofrezco un pacto casto y apoestático.
-¡DI-VI-NO! -dijo, en éxtasis, giocosa y prodijosa.
-Vi -no di-je emb(ri)argado.
-De acuerdo, pues. ¿Qué ponen?
-Reponen “El Ocaso de los Dioses”.
-¿Acaso dijo acaso? ¿Acaso dijo adioses? No cabe tanta duda entre yosotros (Y se alejó, sin más, yoriequeando).
-Podemos ir al cine. O a un acto religioso, si así usted lo prefiere.
-¡LITURGIAS, QUÉ EUFEMISMO! ¿Pretende, caballero, sedurcine?
-Ya sabe, hermosa dama, que jamás mantuve entre mis medos el crilagro; le ofrezco un pacto casto y apoestático.
-¡DI-VI-NO! -dijo, en éxtasis, giocosa y prodijosa.
-Vi -no di-je emb(ri)argado.
-De acuerdo, pues. ¿Qué ponen?
-Reponen “El Ocaso de los Dioses”.
-¿Acaso dijo acaso? ¿Acaso dijo adioses? No cabe tanta duda entre yosotros (Y se alejó, sin más, yoriequeando).
viernes, 10 de diciembre de 2010
jueves, 9 de diciembre de 2010
miércoles, 8 de diciembre de 2010
martes, 7 de diciembre de 2010
Apariencias
lunes, 6 de diciembre de 2010
domingo, 5 de diciembre de 2010
Controladores: lo que ocultan los medios
Todo conflicto de intereses se puede -y se debe- mirar desde más de una perspectiva. En el asunto este de los controladores sólo hemos conocido una y creo que no estaría de más tratar de acercarse al punto de vista de aquellos que han sido amordazados. Para tratar de comprender la verdadera esencia de lo que ha ocurrido y está ocurriendo.
Pero como esta mañana estoy bastante vago, para qué escribir acerca de lo que tan bien ya han escrito otros. Como aquí:
No controles.
A ver si nos entendemos.
Controladores, luces y sombras.
Añadido el 6-12-2010:
Golpe de estado social.
Añadido el 7-12-2010:
Carta abierta de un controlador aéreo al Sr. Ministro de Fomento (fechada del 9-6-2010)
Es larguísima, pero, si se quiere conocer muchos aspectos en absoluto baladíes en torno a este conflicto, merece la pena.
Lágrima
sábado, 4 de diciembre de 2010
Como dos cuerpos cerrándose
El constructor de puentes
Uno
La línea que define el horizonte no es más que un espejismo. Así, nunca es posible medir con magnitudes físicas la distancia que separa nuestros sueños de su inalcanzable intrascendencia. La medida, aunque a veces se disfrace del color de los destellos, siempre es la sombra.
Dos
Desde su más temprana infancia fue su más firme y casi única vocación. Aunque nunca ya nos será desvelado, quizá el motivo estuviese en aquella recurrente y tan poco común idea que, como la sombra luminosa de un espectro, irrumpía cada noche en sus sueños; aquel continuo preguntarse por la arcana y extraña alquimia que, sin terminar de revelársele, intuía desvaneciéndose en el no lugar de contacto entre lo celeste y lo mundano.
Tres
Fue poco antes de licenciarse en arquitectura cuando concluyó que el horizonte más distante no es el que nace hacia poniente de la cópula sin tacto del mar y el firmamento, sino aquel que se perpetúa coronando como el filo de una espada la vertical de los muros que cautivan sin efugio las huellas sin camino de los sueños.
Cuatro
Y, tras doctorarse, para tratar de ser uña y carne con su vocación, se especializó en puentes. Pero sólo le encargaban paredes, murallas, baluartes, presidios, guetos, cercados, fosos, abismos, alambradas. Y así se fue quebrando su esperanza, adelgazando, consumiéndose.
Cinco
Cuando ya no hubo luz y todo fue distancia, sin saber que una grieta continuaba latiendo esperando el prodigio del regreso al origen, él mismo se hizo muro coronado de abrojos. No hay animal más terco que el frágil pedernal de la esperanza mermando a dentelladas los ojos de la sangre.
Y así, bajo las ruinas del tiempo que perdió a contracorriente, creyó ver, tras la niebla, las alas de un instante.
Seis
La línea que define el horizonte no es más que un espejismo, no hay muro mas hiriente que el puente levadizo que se alza para siempre sobre un foso.
Siete
No les dio tiempo a cortar la cinta. En un descuido ciego de la horda carcelera, corrió hacia el centro vacuo de las sombras y alzó su obra aberrante dejándolas vacías. Se dice que amparada en el ocaso, voló desde el presidio inhabitado un ave henchida en fuego, tendiendo con su estela un puente al horizonte.
La línea que define el horizonte no es más que un espejismo. Así, nunca es posible medir con magnitudes físicas la distancia que separa nuestros sueños de su inalcanzable intrascendencia. La medida, aunque a veces se disfrace del color de los destellos, siempre es la sombra.
Dos
Desde su más temprana infancia fue su más firme y casi única vocación. Aunque nunca ya nos será desvelado, quizá el motivo estuviese en aquella recurrente y tan poco común idea que, como la sombra luminosa de un espectro, irrumpía cada noche en sus sueños; aquel continuo preguntarse por la arcana y extraña alquimia que, sin terminar de revelársele, intuía desvaneciéndose en el no lugar de contacto entre lo celeste y lo mundano.
Tres
Fue poco antes de licenciarse en arquitectura cuando concluyó que el horizonte más distante no es el que nace hacia poniente de la cópula sin tacto del mar y el firmamento, sino aquel que se perpetúa coronando como el filo de una espada la vertical de los muros que cautivan sin efugio las huellas sin camino de los sueños.
Cuatro
Y, tras doctorarse, para tratar de ser uña y carne con su vocación, se especializó en puentes. Pero sólo le encargaban paredes, murallas, baluartes, presidios, guetos, cercados, fosos, abismos, alambradas. Y así se fue quebrando su esperanza, adelgazando, consumiéndose.
Cinco
Cuando ya no hubo luz y todo fue distancia, sin saber que una grieta continuaba latiendo esperando el prodigio del regreso al origen, él mismo se hizo muro coronado de abrojos. No hay animal más terco que el frágil pedernal de la esperanza mermando a dentelladas los ojos de la sangre.
Y así, bajo las ruinas del tiempo que perdió a contracorriente, creyó ver, tras la niebla, las alas de un instante.
Seis
La línea que define el horizonte no es más que un espejismo, no hay muro mas hiriente que el puente levadizo que se alza para siempre sobre un foso.
Siete
No les dio tiempo a cortar la cinta. En un descuido ciego de la horda carcelera, corrió hacia el centro vacuo de las sombras y alzó su obra aberrante dejándolas vacías. Se dice que amparada en el ocaso, voló desde el presidio inhabitado un ave henchida en fuego, tendiendo con su estela un puente al horizonte.
viernes, 3 de diciembre de 2010
Testamento
jueves, 2 de diciembre de 2010
Muerte de un poeta
de la boca del cántico
abruptos y espasmódicos
emergieron los últimos acordes
como esas náuseas secas
de estómago vacío y nicotina
que quiebran en mañanas de resaca
el sórdido y efímero letargo
que presta la ebriedad a un sueño herido
de muerte bajo el yugo del destiempo
y el grito desgarrado hecho de bilis
amarga cautivada en los adentros
mudó la luz buscada en el poema
en un perenne y lúgubre silencio
miércoles, 1 de diciembre de 2010
La mímica de las ofrendas
martes, 30 de noviembre de 2010
Maga noche
la noche es una maga
de inabarcables ojos
del color del olvido
con su aliento piadoso
de ceniza azabache
sepulta el bosque glauco
destinado al incendio
el gemido precario
que al viento entre los pinos
le prestara el silencio
el murmullo del agua
presintiendo el desierto
el dolor sin cauterio
que preside lo vivo
yo la llamo y suplico
que también amortaje
el ladrido protervo
de las hienas celestes
y sin voz me responde
que jamás en su magia
se obrará tal prodigio
que ese hechizo supremo
sólo puede otorgarlo
la otra maga la muerte
lunes, 29 de noviembre de 2010
Anomalía
domingo, 28 de noviembre de 2010
E.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Por el mar corren las liebres
qué suerte haber nacido en este mundo
colmado de abundancia y bienestar
donde todo es posible
por una galletita para perros
de mano de sus amos
un hatajo de imbéciles corruptos
sumisos mamporreros del poder
y puercos chupapollas sin escrúpulos
-políticos juristas sindicatos-
nos puede condenar hasta exprimirnos
igual que a una naranja a trabajar
de sol a sol por un parco salario
o a ser de sombra en sombra un gris despojo
pudriéndose en la ciénaga del paro
un clan de cucarachas nauseabundas
cronistas sin cojones del engaño
puede manipular la información
sirviendo de vocero al poderoso
y así hacernos “pensar” que esos canallas
que apestan los sillones oficiales
lo hacen por nuestro bien para servirnos
y no para que sigan engordando
los buitres carroñeros que con gula
manejan en la sombra los hilos del cotarro
un rebaño silente de corderos
-qué viene el lobo bobos qué viene el lobo el lobo-
sumido en su narcótico acomodo
puede permanecer en el redil
ajeno a los gemidos espantosos
que anegan sin cesar el matadero
-tarde o temprano piensan vendrán otros
que saquen las castañas del infierno-
un grupo reducido de valientes
ungidos por la paz y la palabra
tan sólo a uñas a dientes desarmados
se puede rebelar gritar ya basta
y ser tildado de horda terrorista
sus miembros perseguidos masacrados
por un tropel de bestias de uniforme
lavados sus cerebros a conciencia
para que en tanto están dándole caña
se estimen los garantes abnegados
sin tacha del derecho ciudadano
qué dicha disfrutar la libertad
que justa y saludable nos ofrece
“nuestra” envidiable y pulcra democracia
viernes, 26 de noviembre de 2010
Claqueta
ESTABA más que cansado de ser solamente un actor de tercera con menos relevancia que el último rincón del decorado; de que nadie reparase un solo instante en su existencia; de morir cada día sin tiempo apenas de sacar el revolver o desenvainar la espada, sin una palabra, sin la menor protesta, peor que un cerdo. Y decidió que, bajo la luz plúmbea y macilenta de aquella mañana de finales de otoño, todo habría de ser diferente. Y, a la voz de ¡ACCIÓN!, gritó con todas las fuerzas que llevaba conteniendo en su garganta durante años: ¡AQUÍ NO VA A QUEDAR EN PIE NI EL PUTO APUNTADOR! Y fue el más rápido, mucho más rápido que ningún otro. El primero en caer, víctima de un certero disparo entre ceja y ceja, fue el director. Sin nadie ya al mando, el resto fue más rápido y sencillo de lo que nunca hubiese podido imaginar. A aquel galán rudo y afectado lo trasformó en piedra con sólo mirarlo fugazmente a las pupilas. A continuación se lanzó contra el productor ejecutivo; le cercenó la cabeza de un tajo con aquella mortífera espada láser que acaba de apropiarse entre las sombras del lado oscuro. A los cámaras los mudó en cenizas con un solo barrido de su aliento de fuego –al hijo del guionista, a la sazón director adjunto, lo crucificó; fue el último en morir, muy lentamente. Después los extras, especialistas, técnicos de iluminación, de sonido… mordeduras de cobra, ahorcamientos, granadas de mano, lapidaciones, ahogamientos, sed, hambre, cólera, malaria, desolladuras, descuartizamientos, electrocuciones, miedo, hastío…; pocas fueron las formas de matar que se le quedaron en el tintero. Al fin sólo quedó ella –la actriz principal de la que ya no recordaba desde cuando había estado enamorado en silencio y sin esperanzas-, con su cabellera azabache alborotada y su níveo rostro salpicado de vísceras y sangre, enmarcando sus, aun aterrorizados, profundos y hermosos ojos verdes. Y entonces comprendió que ya era demasiado tarde para transformar aquella tragedia, aquel breve cortometraje serie B de triste espanto, en larga historia de amor. Y se inmoló de frustración, desamor y congoja.
Desde la trinchera
a Manolo Rubialesun millón
le dijeron
lo siento respondió
pero hay cosas que nunca
y aun menos a vosotros
he de poner en venta
no trates de engañarnos
ya somos perros viejos
-ladraron al unísono-
y no nos cabe duda
todo tiene su precio
no obstante
si te place
juguemos a este juego
en pocas ocasiones nos ganaron
a la hora de ejercer el regateo
entonces
¿dos millones?
¿dos y medio?
ni dos ni cien ni mil
pues vale mucho más
que el precio que estiméis
por este bochornoso
y sucio cambalache
el libre pensamiento
qué estúpido que necio
¿acaso no comprendes
que aquello que se niegan a vendernos
al cabo lo tomamos por la fuerza?
echadle pues cojones
aquí está mi cabeza
jueves, 25 de noviembre de 2010
Saprotrofia
una horda codiciosa de gusanos
devora en el insomnio de la noche
el pútrido cadáver de los sueños
el alma hecha jirones con la carne
aún vive aún siente aún ruega en su agonía
que no sean los chasquidos que la agostan
más que una pesadilla un espejismo
y un hálito de fuego que restaure
su vuelo sobre el mar de la esperanza
y sólo por respuesta arena rota
recibe sepultando sus gemidos
bajo un desierto henchido de silencios
una horda enmudecida de gusanos
devora entre la arena
ya sin cuerpo
el alma en carne viva de los sueños
Desaliento
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