domingo, 6 de abril de 2008

Las hojas perennes


Estaba su cama

Siempre revuelta,

De lunes a domingo,

Del pie a la cabecera;


Sin importar para nada la hora


O la estación del año.


No, no era el producto del amor,

Era el quedo fruto de la desidia;

Una desidia,

Cruda,

Fraguada de desilusión y hastío,

Colmando las hojas


Del calendario.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo mejor en esos casos es hacer la cama cada mañana, y asirnos a la certeza de que no volveremos a ella hasta acaecer la noche.
Sè de lo que hablàs, creo saberlo que es sentir esa desidia que no espanta a cronos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

¿vagancia?...hay much@s.
Un abrazo.