¡To er mundo al subsuelo!
No es que usted y usted y usted y usted y usted lleven más de tres años en el paro. Ni que a usted, a usted y a usted vayan a desahuciarlos la semana que viene. Ni que usted y usted y usted y usted y usted vivan por debajo del umbral de la pobreza y no les alcance para llegar ni a principios de mes. Ni que usted y usted y usted y usted y usted malvivan con una pensión miserable que ahora amenazan con suprimirles en un futuro no muy lejano. Ni que usted y usted y usted y usted y usted, con un contrato de 4 horas al día, trabajen 12 y cobren 2. Ni que usted lleve más de dos años sin ver al hijo que se le marchó a Chile porque en España no había manera de encontrar un miserable trabajo. No es que a usted y a usted y a usted los tenga acojonados la posibilidad de tener que seguir currando a destajo a los 80. Ni que un señorito acomodado afín al Régimen y que apenas da palo al agua venga a decir que hay que trabajar por mucho menos del salario mínimo. No son las náuseas por tanta y tanta y tanta y más y más y más corrupción sin freno desangrando al obrero y demás empobrecidos. Ni los torquemadas patrios. Ni que nos anuncien nuevos recortes. Ni que no cosechemos otra cosa que fracaso tras fracaso en el festival de Eurovisión. Ni que nunca llueva a gusto de todos porque ya no llueve, nos mean encima. Ni que ya no nos acordemos de Santa Bárbara ni cuando truena. No, hombre, no, no es nada de eso; es que, como tan acertadamente ha apuntado nuestro muy sesudo monarca, somos todos unos jodidos pesimistas. Para que luego vayáis por ahí diciendo que a El Preparao le faltan por lo menos siete hervores y andéis gimoteando desconsolados por los rincones soñando con la tricolor y la tercera. ¡Venga, a animarse tocan! ¡Se sienten, coño! ¡Viva el Rey! ¡Arriba España!
BONUS TRACK
Conversación codificada
—Cómeme el IBI.
—Que te lo coma un cura.
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