La mayoría de estos que ahora, como revolucionario método de protesta, se dedican a rezar a las puertas de los ayuntamientos progresistas, no lo hacen porque no les alcance el salario para llegar a fin de mes, ni porque teman perder techo o trabajo, y menos aún porque se sientan ofendidos en sus sentimientos religiosos. No, lo hacen porque temen perder parte de los privilegios heredados del Franquismo y mantenidos y hasta incrementados por la tan tramposa y precaria democracia del régimen bipartidista de la mal denominada transición.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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" AMÉN "
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