lunes, 2 de junio de 2014

Recuerdos de adolescencia (10): Nuevas andanzas colegiales (Carlos Parejo)


A pesar de ser callada, miedosa y prudente, el cuarteto diabólico me adoptó como una mosquetera más. No sólo les copiaba renglones, sino que las acompañaba en sus frecuentes castigos. Estarse una hora, tras acabar las clases, rezando el rosario en latín en el patio, y sin saltarse un misterio.

Peor llevaba participar en sus juegos casi varoniles. Se pasaban todo el tiempo saltándose a piola, jugando al cielo voy, o dando acrobáticos saltos sobre el elástico. Entre esa gimnasia y los paseos en bicicleta mis tobillos se hicieron fuertes y robustos.

Almorzábamos en casa de mi abuela, casi enfrente del colegio, y rápidamente nos subíamos a la azotea de la casa para espiar todos los balcones de los alrededores. Ganaba el concurso la primera que viera un hombre en camiseta –blanca y sin mangas, por entonces-, ya fuera descansando o afeitándose.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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