mi cabeza es un cántaro
que se sueña llenándose
de esperanzas cumplidas
para pulsar sus logros
le doy un par de golpes
CLONC CLONC y suena a hueco
obstinado e incrédulo
insisto CLONC frustrado
e inerme CLONC insisto
cada vez con más fuerza
CLONC CLONC insisto insisto
y el estrépito el eco
de la nada me arrastra
al insomnio y la rompe
en silentes añicos
1 comentario:
Efectivamente, las esperanzas se nos rompen en silentes añicos, no son ruidosas como las huchas del DOMUND
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