“Amo la piel de toro”
pregonan sin rubor a bocas llenas
y ataviados de sombras,
en tanto,
protegidos
detrás del burladero
que urdieron secuestrando a la Justicia,
trinchan al animal a bajonazos
con la intención venal de darle muerte.
Luego lo arrastrarán hacía el despiece
y pondrán a la venta
sus despojos
a saldo,
repitiendo “cuánto amo
la piel de toro,
cuánto,
y que siga la fiesta;
¡viva España!”.
pregonan sin rubor a bocas llenas
y ataviados de sombras,
en tanto,
protegidos
detrás del burladero
que urdieron secuestrando a la Justicia,
trinchan al animal a bajonazos
con la intención venal de darle muerte.
Luego lo arrastrarán hacía el despiece
y pondrán a la venta
sus despojos
a saldo,
repitiendo “cuánto amo
la piel de toro,
cuánto,
y que siga la fiesta;
¡viva España!”.
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