miércoles, 31 de octubre de 2012

Pista americana


He muerto tantas noches por tu causa.
Solo en mi habitación, callado, a oscuras,
con la tristeza impúdica y estéril
del que ansiando morir en la batalla,
tullido y sin vigor, bajo en defensas
–carencias de carácter vitamínico-,
siente que se lo lleva un mal catarro.
Y no sabrás jamás como echo en falta
haber caído abatido por el lúbrico
ardor hondo y letal de tu metralla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese lúbrico ardor da una fiebre más llevadera que el catarro. Sueños imposibles de amor provocan tristeza impúdica y esteril desde tiempos de Adán y Eva