domingo, 28 de octubre de 2012

El mono y sus acólitos

A mis amigos fachas
-incluso ha habido algunos
que ya me han retirado,
cosa que me la suda,
muy dignos, la palabra-,
les molesta que diga
que están equivocados,
que votaron a un mono
faldero amaestrado
que obedece sumiso
al domador mercado
y por un cacahuete
de manos de sus amos
entrega sin escrúpulos
el pueblo a los leones
como en circo romano.
En cambio mis amigos
fachas se han permitido
-porque pretendo un mundo
sin leones, domadores
o el mono al que han votado-,
ataviados de esvásticas,
llamarme estalinista,
nombrarme con desprecio
a Ernesto Che Guevara,
Mao Zedong, Hugo Chavez
y hasta al mismo Pol Pot,
mezclando así a las churras,
mezquinos, las merinas.
A mí no me molesta;
tengo bastante claro
lo malo de los buenos,
lo bueno de los malos,
lo que es malo y peor
e incluso intolerable,
y admito, no como ellos,
que yo pudiera estar
en muchas ocasiones
también equivocado.
A mis amigos fachas
les diré tras, de nuevo,
recordarles el mono
sin moral que han votado,
ya lo afirma el refrán,
quien se pica ajos come,
y yo sólo los como
con aceite de oliva
y una buena tostada.
Así que, mis amigos
fascistas, ¡ajo y agua!

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