Tras tanto dondedijedigodigoDiego y dale a tu cuerpo alegría Macarena, y más en tan corto periodo de tiempo (valga la muy frecuente redundancia), por qué nadie se ha preguntado aún cuántas cabezas de caballo se habrá tenido que mamar a estas alturas Pedro el Fermoso de madrugada a los pies de su cama. ¿O les habrá bastado con amenazarlo con dejar de engrasar en el futuro determinadas puertas giratorias? Que "una cosa es ser solidario, y otra es serlo a cambio de nada."
(De la serie "Pero cómo cojones no va a subir la factura eléctrica en un país con tan pocas luces.")
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